Un pintor, una obra arquitectónica, las rimas de un poema, el hombre como hacedor de inventos o la elaboración de pensamientos e ideas que “llevan” en su acción a la humanidad, son en sí BELLEZA.

Mercedes pintaba acordes, melodías y ritmos con una voz volcán- y a la vez flor- una BELLEZA sublime. Inventaba nuevos espacios en el aire. Sobornaba al propio diablo con su cantar al viento.

La Negra, producía BELLEZA QUE ROMPE.

Rompió moldes, al abrir en la década de los 60, un cancionero popular que no escondía las injusticias y la miseria, que padecían millones de personas. Lo hacía sin dejar de cantarle al Jacarandá.

Fue, es y será BELLEZA QUE ROMPE, porque como interprete abrió su mente, y tendió un puente de oro con su voz, a casi todas las vertientes musicales: clásico, bossa nova, pop, rock, nueva trova, todos los matices y ritmos folclóricos, al tango, jazz, ópera y más, más y más.

Certera definición dio el cantante Jairo al afirmar que “cuando Mercedes cantaba un tema de otro intérprete, la canción se transformaba, era distinta, mutaba hacia una nueva dimensión, y esa dimensión era de ella y de quienes la escuchábamos”.

Shakira o Charly García, Pavarotti o Silvio Rodríguez, Peteco Carabajal o León, el “flaco” Spinetta o Pedro Aznar.

Y siguen: Jairo, Drexler, Soledad, David Lebón, Goyeneche, Pugliese, Pablo Milanés, Violeta Parra, Abel Pinto y Brasil, Perú, España, Francia, Rusia, Tucumán y el Luna Park, y más lugares y centenares de otros artistas, vivieron con ella LA BELLEZA QUE ROMPE.

El tiempo (eso lo confirmará solo él) seguramente será cálido, y también sublime, con cada uno de los más de 1.000 temas interpretados, y los llevará a cada peña, a las montañas, a un CD, por los mares, un video, un fogón o simplemente en el susurro de su voz de volcán y flores que andará buscando ríos de la naturaleza y ríos humanos.

La Negra Voz.

La Negra voces.

Ella y su BELLEZA QUE ROMPE.

Sin parar.

Fuente
Motor de Ideas (Argentina)