Para la teoría evolutiva las leyes mendelianas de la herencia tuvieron un significado especial ya que se revelaron como el elemento teórico que Darwin carecía y el vacío que tuvo la teoría darwiniana por varias décadas; a este período se le conoce como la época de la teoría evolutiva sin genética.

No obstante la ausencia de una teoría de la herencia fuerte en esa época, Darwin estructuró y defendió su Teoría de la descendencia con modificaciones basado en importantes soportes de las ciencias naturales, particularmente en la geología, paleontología, biogeografía, y la anatomía y embriología comparadas. Todo esto fue articulado en una estructura lógica fuerte y una síntesis sorprendente.

El aporte real de la Genética a la Teoría de la Evolución vino entre 1909 a 1959; cabe anotar sin embargo que la teoría evolutiva no se benefició de inmediato de los principios mendelianos de la herencia. En la primera década de 1900 el Mendelismo naciente llegó a disminuir el prestigio que había ganado el Darwinismo, ya que se llegó a afirmar que el Mendelismo era la negación de la Teoría darwiniana. Pero además, el mutacionismo que fuera iniciado por Hugo de Vries y Thomas H. Morgan se convirtió en el “dogma” generalmente aceptado como el mecanismo operativo de la evolución biológica. Thomas H. Morgan aportó en forma notable al conocimiento de los cromosomas, los genes y la herencia con lo cual dio origen a la Citogenética, empero llegó a afirmar en forma errónea que la selección natural no es más que la purificación de plasma germinal y que la mutación es el único factor de cambios evolutivos.

Años más tarde la Genética se constituyó en el soporte de la Teoría evolutiva darwiniana con lo cual recuperó su prestigio; pues se aceptó en forma general que la selección natural es el mecanismo principal de la evolución, lo que fue demostrado por la Genética Mendeliana aplicada a las poblaciones a partir de las contribuciones de Chetverikov, Fisher, Wright, y Haldane, y por el surgimiento de la Síntesis Moderna entre 1930 y 1950 gracias a los apartes teóricos de Theodosius Dobzhannky, genetista, Ernest Mayr, sistemático, George G. Simpson, paleontólogo; y otros brillantes científicos como Julian Huxley, Ledyard Stebbins, Francisco Ayala y James W. Valentine.

Por otra parte la Citogenética al estudiar los cromosomas como las estructuras que contienen los genes y su relación con la herencia biológica, reveló la base material de la herencia y de los procesos de variación genética: mutaciones génicas y cromosómicas, reordenamientos cromosómicos…, lo que contribuyó a complementar y conformar los principios de la Genética Mendeliana y a sustentar la Teoría evolutiva en nuevos elementos científicos.

Luego de un largo período de gestación la Genética se constituyó como una rama fundamental de la Biología moderna. El tiempo de la Genética llegó. Mendel lo anunció hace un siglo y medio.