En Honduras el protagonismo del pueblo en la lucha contra las fuerzas de la derecha que derrocaron al presidente Manuel Zelaya es cada vez mayor. Poco a poco el pueblo hondureño ha ido perdiendo el miedo a los golpistas y a las fuerzas represivas, que son recordadas por su acción sanguinaria en décadas pasadas.

Es probable que por esta situación pronto se llegue a una solución correcta, es decir, el regreso de Zelaya a la presidencia de Honduras. Si hay algo a lo que le temen el imperialismo y las fuerzas de derecha y la socialdemocracia es a un pueblo movilizado, porque siempre tienen el temor de que las movilizaciones se desborden más allá de lo que ellos quieren, y que el movimiento popular reclame más cambios de los que pueden darle.

La lucha popular está exigiendo que las ambiguas posiciones de Obama se definan por restarles apoyo a los golpistas, lo que ha repercutido para que en el mismo sentido se pronuncien otros países como Brasil, que incluso han prestado su embajada en Tegucigalpa para que Manuel Zelaya permanezca ahí mientras se desenvuelve la situación.

En los últimos días, el estado de sitio decretado por los golpistas y, a la par, el cínico llamado al diálogo, no mermó sustancialmente la lucha popular, el miedo generado por los asesinatos y la brutal represión fue transformándose en una nueva disposición a la lucha.

De seguro, la lucha del pueblo hondureño triunfará con su movilización.

Cuidado con el doble discurso


Casi la totalidad de presidentes sudamericanos, incluido por supuesto Rafael Correa, condenaron el golpe en Honduras, que, como ha quedado demostrado, tuvo gran injerencia del imperialismo norteamericano. Sin embargo, inexplicablemente y a espaldas de los pueblos, el Ecuador, junto a 19 países más entre los que están Brasil, Nicaragua, Colombia, Honduras, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Panamá, República Dominicana, Paraguay, Uruguay, Argentina, y otros, participaron junto a Estados Unidos en maniobras militares navales denominadas Panamax 2009, realizadas desde el 11 al 22 de septiembre, supuestamente para practicar la defensa del Canal de Panamá frente a un hipotético ataque exterior.

¿Dónde queda el discurso de condena a los golpistas, a las fuerzas armadas hondureñas y al imperialismo yanqui coautor del mismo? ¿Acaso el imperialismo norteamericano hace maniobras militares para defender a los territorios latinoamericanos? ¿Acaso el imperialismo no es el que más invasiones ha realizado en nuestra región? ¿Se olvidó de eso Daniel Ortega, no conoce eso Correa? ¿Dónde queda el discurso de la unidad suramericana, el discurso de UNASUR y el ALBA como proyectos de independencia frente al imperialismo?

Es evidente que una cosa es presentarse en el discurso con posiciones antiimperialistas, nacionalistas, hablar de la defensa de la soberanía, y otra casa es ejercerla; hacen elocuentes discursos condenando el golpe y criticando la instalación de las bases norteamericanas en Colombia, sin embargo participan en maniobras militares con Estados Unidos. Este doble discurso es cada vez más frecuente en el presidente Rafael Correa, razón por la cual está descendiendo vertiginosamente su credibilidad y popularidad.

Habrá que ver qué dispone el Gobierno del Ecuador ante la próxima reunión de Comandantes de los Ejércitos Americanos que se realizará en Buenos Aires, en la que se reunirán todos los países latinoamericanos con Estados Unidos, con excepción de Cuba. Cabe preguntarse: ¿qué agenda común tienen los ejércitos latinoamericanos y el de los Estados Unidos?