Cabe señalar que el presente artículo se basa en La memoria del Vitoria, documento preparado por nuestras investigadoras Ana Luisa Nerio, Salomé Almaraz y Angélica Gay, a quienes agradecemos su apoyo, así como al resto del equipo de colaboradores por su esfuerzo en estos años de lucha: Lorena Peralta, Amanda Ramos, Clara Meyra, Victoria Beltrán y Alfonso García. También quiero aprovechar este espacio para reconocer la labor realizada por todas aquellas personas que a lo largo de este cuarto de siglo han participado en el Centro Vitoria, y por supuesto a la Provincia de Santiago de México y al Centro Universitario Cultural (CUC) por el respaldo que nos han brindado.

En México, el motor que impulsó la creación de las primeras organizaciones civiles de derechos humanos fue el afán de justicia y esclarecimiento en los casos de desaparecidos y presos políticos, ocurridos principalmente durante la década de 1970, como consecuencia de la represión militar y política ejercida por el Estado y desencadenada por el movimiento estudiantil de 1968. Fue en esa coyuntura que surgió la primera organización abocada a la defensa de los derechos civiles en México: el Comité Nacional Pro Defensa de Presos, Perseguidos Exiliados y Desaparecidos Políticos –después Eureka–, encabezado por Rosario Ibarra de Piedra (1977).

En América Latina, durante las décadas de 1970 y 1980 se vivían dictaduras militares en el Cono Sur (Argentina, Brasil, Chile), guerras civiles en Centroamérica (Guatemala y El Salvador) y regímenes aparentemente democráticos pero autoritarios como en México. En este último pueden identificarse como momentos clave en el surgimiento de organizaciones civiles dedicadas a la promoción y defensa de los derechos humanos: el movimiento estudiantil de 1968, el terremoto de 1985 y las elecciones presidenciales de 1988. Para la formación del Centro Vitoria, sería determinante la llegada de refugiados salvadoreños que huían de la guerra civil en su país. El traslado del Socorro Jurídico Cristiano (SJC) a México después del asesinato en 1980 de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, contribuyó a un proceso de sensibilización de los frailes dominicos en México, quienes decidieron crear una instancia mexicana de apoyo a los procesos centroamericanos y que colaboraría con el SJC. Fue así que animados por ellos se funda en 1984 el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, OP, AC.

El Centro Vitoria es una asociación civil sin fines de lucro e independiente de cualquier partido político, creada en 1984 por la Provincia de Santiago de la Orden de Predicadores en México y constituido como asociación civil en 1989. Nos ubicamos dentro del edificio del CUC, junto a Ciudad Universitaria (UNAM). Aunque nuestros colaboradores y ámbitos de trabajo son laicos, nos asumimos como una organización de inspiración cristiana y dominicana. Nuestro centro lleva el nombre del ilustre fraile dominico del siglo XVI, Francisco de Vitoria, quien defendió la dignidad humana de los indígenas. Además, Vitoria es considerado como el pionero del derecho internacional público en Iberoamérica.

El trabajo de difusión, educativo, de promoción, de investigación y de defensa legal en materia de derechos humanos realizado en nuestros primeros años se concentró en difundir la situación centroamericana y era sobre todo un trabajo de denuncia. Con el paso del tiempo, empezamos un trabajo más enfocado en lo que acontecía en México. La difusión de la situación de los derechos humanos en México tuvo un impulso cuando se realizó el Primer informe sobre la democracia: México (1988), coordinado por el doctor Pablo González Casanova, y en el que participó el Centro Vitoria por medio de fray Miguel Concha Malo. Posteriormente se realizó el Primer informe anual sobre la situación de los derechos humanos en México (1989), realizado por el Centro Vitoria, y que apareció en la Revista Justicia y Paz, publicación que se elaboró hasta finales de la década de 1990.

En materia de difusión y promoción se contaba con la Revista Justicia y Paz, en la cual se señalaban las violaciones a los derechos humanos cometidas en nuestro país y en donde se publicaba un informe anual sobre la situación de los derechos humanos en México. Asimismo, se realizaban actividades como foros, talleres, mesas de análisis y conferencias para sensibilizar a la población, sobre todo estudiantes universitarios, en materia de derechos humanos. Las tareas de investigación y análisis estaban relacionadas con las de difusión y defensa jurídica. Esto se debía a que los datos obtenidos de los casos que llegaban directamente a nuestras oficinas o mediante la información proporcionada por otras organizaciones y fuentes periodísticas se utilizaban para la revista y los informes anuales. Nuestra labor educativa se inició con talleres esporádicos y con visitas para asesorar a la población indígena. Como en los primeros años de trabajo del Centro Vitoria eran pocas las organizaciones que podían dar este servicio, los talleres se realizaban en todos los estados de la república. Se buscaba fomentar la creación de nuevas organizaciones civiles que pudieran convertirse en referentes para sus propias regiones y estados. La defensa jurídica de casos se inició alrededor de 1990 cuando la oficina comenzó a recibir solicitudes de apoyo jurídico en casos de tortura, debido proceso y acceso a la justicia.

Actualmente, el Centro Vitoria está conformado por la Dirección; la Coordinación General; el Área Jurídica; el Área de Educación, Promoción y Difusión, y el Área de Investigación. Estas áreas realizan diversas tareas de promoción y defensa de los derechos. Por ejemplo, contamos con la Escuela de Promotores y Promotoras Juveniles de Derechos Humanos en la que formamos grupos de jóvenes, quienes replican la información que reciben a través de su trabajo en otras organizaciones o directamente en sus colonias. Además, promovemos la educación en derechos humanos mediante talleres, cursos, seminarios, conferencias, etcétera.

En materia de defensa legal, brindamos orientación legal gratuita y litigamos en los casos en que se presentan violaciones a los derechos humanos. Hemos empezado a trabajar más el litigio en materia de derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, sin por ello abandonar los casos que involucran otro tipo de violaciones a los derechos humanos. El Área de Investigación realiza, entre otros proyectos, desde 2003, el Informe anual sobre la situación de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales en México, (conocido como Informe DESCA), y en el que se ubican los avances y retrocesos en el cumplimiento de seis derechos: alimentación, salud, educación, vivienda, medio ambiente y derechos laborales, teniendo en cuenta los instrumentos internacionales de protección a los derechos humanos aprobados por México, así como las leyes y políticas públicas federales.

Durante estos 25 años hemos participado en diversos espacios de incidencia e interlocución con instancias de gobierno locales y federales, así como con organizaciones civiles, movimientos sociales y el sector académico. Por citar algunos ejemplos recientes, en 2003 participamos en el Diagnóstico Nacional de Derechos Humanos, coordinado por la Oficina en México de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos y participamos en la elaboración del Programa Nacional de Derechos Humanos (2006 y 2008); en 2005 colaboramos en el Informe alternativo elaborado por organizaciones civiles para el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU; desde 2007 somos parte del Comité Coordinador que elaboró el Diagnóstico y Programa de Derechos Humanos del Distrito Federal, y en 2008 y 2009 participamos en la elaboración de informes que se presentaron ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con motivo del Examen Periódico Universal al que fue sometido el Estado mexicano. Somos miembros de la Red de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos, de la Coalición Mexicana por el Derecho Humano al Agua y de la Campaña Sin Maíz no hay País.

Quienes laboramos en el Centro Vitoria, nos asumimos como defensoras y defensores de los derechos humanos; la defensa de la dignidad humana es nuestra prioridad y las víctimas de las violaciones a los derechos humanos son el centro de nuestro quehacer. Por tanto, para nosotros es importante celebrar estos 25 años con la plena conciencia de que nos falta un largo trecho por andar, pero que sin duda estamos dispuestos a trabajar de manera profesional, comprometida y entusiasta.

*Doctor en teología; director del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, OP, AC