Las actitudes prepotentes del Presidente de la República, atacando constantemente a los diferentes sectores sociales mediante el insulto y su poco interés por entablar el diálogo para llegar a acuerdos, han encendido los ánimos de las organizaciones populares, que se movilizan permanentemente para hacer escuchar su voz en defensa de sus derechos.

Dado el convulsionado ambiente que se vive, OPCIÓN decidió dialogar con los dirigentes de varias organizaciones populares, entre ellas dos de las centrales sindicales de trabajadores más grandes del país, quienes nos dan su opinión frente a la situación política del país y a la trascendencia que adquiere la movilización y la unidad entre los sectores populares para lograr los cambios que el pueblo ecuatoriano necesita.

‘Hoy más que nunca está en vigencia la lucha’

Nelson Erazo,
Presidente de la Unión General de Trabajadores del Ecuador (UGTE)


 ¿Cómo ve la situación política actual?

 En estos momentos es evidente el desarrollo de una intensa lucha de clases en el Ecuador, la que ha permitido ir frenando la arrogancia y prepotencia por parte del presidente Rafael Correa, a la vez que ha demostrado a los sectores populares que es necesario impulsar la unidad y continuar con las movilizaciones para que se cumpla con los anhelos de cambio de los trabajadores y los pueblos del Ecuador.

- ¿Cuáles son las principales demandas por las que se moviliza el movimiento obrero?
 En el caso de los trabajadores, hemos venido luchando permanentemente por el respeto a la estabilidad laboral, la contratación colectiva, un salario digno como lo establece la Constitución aprobada en Montecristi, la cual recoge las garantías que tenemos los trabajadores por mejores condiciones de vida.

Sin embargo, el Gobierno Nacional tiene una posición tozuda de vulnerar los derechos de los trabajadores con el impulso de ciertas leyes, como por ejemplo: la Ley de Empresas Públicas, que pone en riesgo la estabilidad de los trabajadores, dejando a un lado el derecho social al trabajo; de igual manera está el Decreto 1701, que elimina en los hechos la libre contratación colectiva. Esta violación a nuestros derechos pone a la clase obrera en un escenario de agitación y movilización. Necesitamos impulsar un proceso de debate con el Gobierno Nacional, pero a la par con la movilización, para exigir que se respeten los derechos de los trabajadores.

- ¿Cómo ven las políticas adoptadas por el gobierno hacia las organizaciones populares del país?
 El gobierno tiene como uno de sus principales objetivos desmovilizar a los trabajadores y a los pueblos; dentro de ese escenario, también pretende dividir a la clase obrera y demás organizaciones populares, con la creación de organizaciones alternas que representen sus intereses y no se la opongan. Por eso planteamos la necesidad de fortalecer la organización sindical y gremial como la única forma de asegurar este cambio, esta transformación que anhela y necesita nuestro país.

- ¿Cómo asegurar este cambio? ¿Qué actitud debe tomar el movimiento de los trabajadores?
 Con la Unidad, ya que no se trata solamente del problema de la UGTE o de las centrales sindicales del FUT, se trata del movimiento obrero en su conjunto y por eso creemos que es necesario que discutamos cómo reestructurarle.

En el caso de nuestra central sindical, seguimos impulsando la organización a los trabajadores que aún no lo han hecho, mediante la socialización de los derechos sindicales que nos permitan alcanzar nuevos niveles, que serán logrados con la unidad y la lucha de la clase obrera.

‘Para propiciar el diálogo y ser escuchados hay que mantener la movilización’

Eduardo Valdez,
Presidente de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (CEOSL)

- ¿Cómo mira la movilización popular?, ¿son justas las demandas de los movimientos sociales?
 Por su actitud, el gobierno está contraviniendo algunas posiciones de los movimientos sociales, generando una situación de conflicto, que se va a seguir dando si es que no cambia de actitud.

Necesariamente hay que calificar la movilización como demasiado justa, pues se está legislando y gobernando con un grado de asesoramiento distinto al objetivo que empujamos todos: de cambiar nuestra sociedad en función de buscar equidad, justicia; evidentemente esto implica que las movilizaciones son una respuesta importante a esa actitud.

- ¿Todas esas demandas del resto de sectores también son parte de las demandas del movimiento obrero?
 Por supuesto, porque a los trabajadores nos interesa que haya una educación pública de calidad, que haya derechos y principios fundamentales de trabajo, que el agua no sea privatizada. En general nos interesa a todos, pienso que la agenda aquí es común y debemos consolidar un proceso de unidad entre todos los sectores de trabajadores, maestros, estudiantes, indígenas, campesinos.

- ¿En qué momento es adecuada la movilización y en qué momento es adecuado el diálogo?
 Ante un gobierno que insulta a quien piensa distinto, creo que va paralelo lo uno con lo otro, si se está conversando hay que seguir movilizado, no hay otra forma ante la tozudez. Hay la intencionalidad de desacreditar a los movimientos sociales por el hecho de no coincidir con la agenda armada desde ese círculo obscuro del poder, eso me parece inadecuado; entonces, necesariamente para propiciar el diálogo y ser escuchados hay que mantener la movilización.

Los trabajadores estamos conversando el tema de la reclasificación y del Decreto 1701, pero seguimos movilizados y con nuestras demandas jurídicas ante la Organización Internacional de Trabajo (OIT), que ya se pronunció frente a la revisión de los contratos colectivos, llamando la atención al gobierno. Continuaremos con nuestra lucha, ya que no porque estemos conversando hemos dejado de ejercer nuestra acción de reclamo y nuestros derechos, como corresponde.

- ¿Qué actitud debe tomar el movimiento de los trabajadores en adelante?
 Se vienen días complicados, no nos olvidemos que para el mes de enero se estarán discutiendo leyes de mucha trascendencia para el pueblo ecuatoriano;ahora se ha logrado, en una victoria parcial, sentarle al Gobierno Nacional a discutir estos problemas con los sectores sociales, pero las principales victorias tendrán que ser en base a la movilización y a la discusión, para que dentro de la Asamblea Nacional se recojan los planteamientos de los trabajadores y los pueblos.

A pesar de dar un paso importante, todavía faltan muchas cosas que hacer en nuestro país, para que se afirme la tendencia de cambio y el Gobierno Nacional no se desvíe ni tome un rumbo diferente al que estuviera trazado dentro de la tendencia democrática y progresista en nuestro país.