Todo sigue lo mismo de antes. Cambió el Gobierno, prometió paz y garantías, y al principio todo el mundo lo creyó. Pero los funcionarios siguen siendo los mismos”. Pudiésemos pensar que esta frase la dice cualquier ecuatoriano consciente de la realidad política, pero en realidad, en un diálogo con el cura de pueblo, Toto Visbal (personaje de La Mala Hora, novela de G. García Márquez. 1962) hace referencia a la desilusión después de que su Gobierno repite las acciones represivas y antipopulares de los gobiernos pasados.

Digo que se pudiera pensar que la dice un ecuatoriano, pues tras llegar al Gobierno con un discurso de cambio y apoyado por la mayoría del pueblo, Correa ha repetido los errores de lo que él ha denominado la “la larga noche neoliberal”. Refiriéndonos a una de las funciones, que su partido, Alianza País, ha tenido casi completo control, la Función Legislativa, ha repetido los mismos errores del viejo Congreso, que tanto criticó.

Recordemos que durante la campaña que lo llevó a la presidencia, Correa había dicho que “el Congreso es un instrumento de la partidocracia y chantaje al servicio de grupos oligárquicos”. Y en efecto, el Congreso había sido el espacio para “repartir la troncha”, para chantajear (1979 Assad Bucaram), comprar conciencias (16 octubre 1995 Dahik) ganar protagonismo (13 octubre 2000 Carlos Falquez, PSC), puestos importantes o influencia política, para “amarrar la componenda”, dejando a un lado las aspiraciones populares (marzo 2007, los congresistas de derecha no quisieron dar paso a la consulta popular para llamar a una Asamblea Nacional Constituyente, a pesar del clamor popular en las calles).

Congreso Verde


La forma en que percibe el pueblo el trabajo de la nueva Asamblea Nacional muestra que se deben hacen cambios con urgencia: cuando la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) empezó a trabajar (diciembre 2007) y remplazó al viejo Congreso, la aceptación era del 62%. Para finales de julio, cuando empezó la gestión de los nuevos asambleístas, había un 34% de aprobación. Pero tan solo en dos meses, la popularidad ha descendido cinco puntos. Según Cedatos, la aceptación actual es de un 29%. Es decir, una caída del más del 30% si se lo compara con la ANC. ¿a qué se debe esta caída de popularidad?

La primera transitoria de la Constitución establecía que para el 20 de octubre debían aprobarse 11 Leyes; la actual Asamblea, de mayoría gobiernista incumplió este plazo, pues se esperó que los proyectos llegaran desde la Presidencia. Quedó así evidenciado que el Legislativo se convirtió solo en un grupo de “alzamanos” que aprobaba las leyes preparadas por el ejecutivo desde Senplades.

Jorge Escala, Asambleísta nacional del Movimiento Popular Democrático, MPD, contrasta esta actitud con lo realizado por los sectores populares que “en una muestra de responsabilidad con la Patria, presentaron a tiempo varios proyectos de ley, pero éstos fueron relegados, pues se esperaba dar tratamiento los proyectos que llegaban desde el Ejecutivo”

El literal 9 del Art. 120 de la Constitución establece que una de las atribuciones y deberes del legislativo es “Fiscalizar los actos de las funciones Ejecutiva […] y requerir a la servidoras y servidores públicas las informaciones que considere necesarias”. Sin embargo, en este periodo, la Asamblea Nacional no lleva adelante ningún proceso serio de fiscalización, a pesar de las denuncias de corrupción que envuelven a los funcionarios cercanos del Presidente.

Otra razón para la baja de la credibilidad de la Asamblea es que la mayoría gobiernista, repite la componenda con partidos como el PRE, del ex presidente, Abdalá Bucaram exiliado en Panamá y reconocido como uno de los gobiernos más corruptos, y el ADE, un mal remedo de los viejos “independientes”; aunque tuvo la oportunidad de establecer una alianza más progresista con la izquierda (MPD y PK), prefirió la “alianza de la regalada gana”. Hoy los resultados están a la vista: leyes anticonstitucionales y maestros, universitarios e indígenas movilizados exigiendo correcciones.

Según Lourdes Tibán, asambleísta por Pachakutik, el problema radica en que no existe autonomía en las funciones (Legislativa y Ejecutiva) y Correa “direcciona el accionar de la Asamblea, con lo que se cierra el diálogo y ya se sabe que lo que se debe aprobar es el proyecto que viene preparado de Senplades”, por lo que una verdadera democracia requiere que la Asamblea Nacional cumpla con la funciones establecidas en la Carta Magna y sobre todo “escuche y recepte las propuestas de los sectores populares para incorporarlas en las leyes”.

De no tomarse las medidas para acabar con esta situación Legislativa, seguramente después lo recordaremos a este como un Gobierno “en que el que todo el mundo creyó al principio. Pero…"