La publicación: Sandín critica la Teoría de Darwin, del diario El Comercio del 6 de diciembre de 2009, exige varias precisiones.
El profesor español Máximo Sandín afirma que “es necesario analizar las teorías y someterlas a críticas” pero sin faltar a la verdad ni expresar verdades a medias. “Es falso que el libro el libro El Origen de las Especies se escribiera como una teoría de la evolución”. El libro no está escrito como una teoría de la evolución, pero contiene la Teoría de Evolución por el mecanismo de la selección natural. Los cinco primeros capítulos contienen el núcleo de la Teoría evolutiva, los 10 siguientes se refieren a diversos aspectos de la evolución de los organismos, como también a las dificultades de la Teoría.
“Darwin solo habla del origen de las especie el término no aparece en su libro hasta la sexta edición”, dice Máximo Sandín. El origen de las especies es parte del proceso evolutivo, que tiene varios niveles y grados de expresión. Para Darwin, origen de nuevas especies o transmutación de las especies era sinónimo de evolución, principio contrario al de la inmutabilidad de las especies que Darwin desvirtuó.
El libro de Darwin contiene múltiples ejemplos de organismos y procesos que demuestran que la evolución orgánica sí ocurrió en la naturaleza, y, además, una explicación sobre la forma como se producen los cambios evolutivos: la selección natural, sobre lo que hay innumerables evidencias.
Sandín afirma que Darwin obtiene conclusiones basándose en la cría de animales domésticos; esto es incompleto. Darwin fue acucioso observador de la cría de varias especies en domesticación para obtener nuevas razas de acuerdo a los intereses particulares de los ganaderos y criadores de animales, quienes buscaban obtener ciertos caracteres deseables. Darwin observó que, en períodos cortos, se podía observar cambios morfológicos importantes, a esto llamó la selección artificial. De esta observación surgió en él la idea de que podría darse en la naturaleza un proceso de selección por causas naturales. Y empezó a reflexionar sobre este tema.
Darwin llega a las conclusiones después de trabajar por cerca de 20 años en las colecciones de plantas, de animales, de fósiles que efectuó en su viaje en el bosque Beagle. Trabajó en museos, herbarios, gabinetes con otros naturalistas: geólogos, paleontólogos, botánicos, zoólogos. No llegó a la conclusión solo a partir de la observación de la cría de animales domésticos, como afirma el profesor Sandín, quien al expresar verdades a medias trata de desacreditarle a Darwin como naturalista y científico.
El libro El Origen de las Especies fue escrito hace 150 años, refleja el desarrollo de las ciencias naturales en esa época. Así debe ser entendido y valorado, mas no desde el estado actual las ciencias biológicas. Obviamente, si se lo ve desde la perspectiva actual, el libro contiene errores e imprecisiones, “algunas divertidas” como dice el profesor Sandín. El propio Darwin se lamentaba por ignorar los procesos de transmisión hereditaria, pero destacaba el fuerte principio de la herencia.
(Es preciso recordar que los trabajos de Mendel sobre la herencia se publicaron en 1866, pero permanecieron ignorados o no entendidos hasta 1900, año en el que se redescubrieron y se interpretaron. Así nació la ciencia de la herencia: la genética. Las unidades o factores hereditarios de los que habló Mendel, se determinó que son los genes y que se hallan en los cromosomas de las células; mucho más tarde se conoció que los genes están constituidos de ADN… Ahora se conoce bastante más sobre los genes: genes estructurales, genes reguladores de otros genes, genes saltarines, genes homeóticos…) No se debe desacreditar a Darwin por desconocer la genética, la biología molecular o la biología del desarrollo, que son avances recientes de las ciencias biológicas.
Darwin perteneció a una familia culta y adinerada del siglo XVIII y XIX en plena época victoriana de Inglaterra; por lo mismo, recibió la influencia de su clase y de su época, y no debe ser criticado por eso.
Pero sí es criticable la utilización de la ciencia con fines políticos que han hecho algunos ideólogos de cierta orientación política. En ese ámbito se inscribe el “social darwinismo”, que está al margen de la ciencia y que como concepto es anterior a Darwin, pero que se le quiere atribuir al ilustre naturalista inglés, hombre que hizo aportes muy valiosos a las ciencias de la vida y a las ciencias naturales en general, como lo destaca la historia de la ciencia.
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