Hillary Clinton

La visita de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, no solo para el Ecuador sino también para América Latina, busca, entre otros aspectos, los siguientes
en la región:

• Afirmar la política guerrerista, de agresión e intervención.
• Dar un espaldarazo a Juan Manuel Santos para la presidencia en Colombia.
• Promover la derrota militar de la insurgencia colombiana.
• Ratificar los acuerdos sobre el “USO” de las siete bases militares colombianas.
•Aplicar el plan de lucha contra el narcotráfico y el terrorismo: Plan de control y dominio regional para América Latina.
• La intervención en los procesos económicos, políticos y militares en la región; firma de acuerdos bilaterales, TLC, etc.

Para el Ecuador

• Sometimiento del régimen la política norteamericana.
• Firma de acuerdos en materia económica, política y militar, sobre todo para afianzar
la participación del Ecuador en el Plan Colombia.
• “Mejorar las relaciones Ecuador – Colombia”; esto referente al bombardeo en Angostura el 1 de marzo de 2008, hecho que se buscaría quede en la impunidad.
• Continuidad de la injerencia gringa en el Ecuador.

Pero, ¿quién es esta señora?

Un breve resumen:
Hillary Clinton es la esposa del ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.Abogada de profesión, fue senadora por los demócratas y ahora desempeña la función de Secretaria de Estado del gobierno de Barack Obama. Se ha caracterizado por su posición contra el “terrorismo internacional”.

Clinton utilizó su calidad de miembro en el Comité del Senado de Estados Unidos sobre las Fuerzas Armadas para tomar una posición fuerte a favor de la acción militar de los EE.UU. en Afganistán.

En el 2006 Hillary Clinton, senadora demócrata por NuevaYork, manifestó su desacuerdo con la propuesta republicana, llamando a tomar medidas drásticas contra los trabajadores nacidos en el extranjero. Votó conjuntamente con republicanos y demócratas (que por cierto son la misma cosa con distinto nombre) a favor de la detestada ley “Barda Segura” de 2006, que establece la construcción de una muralla
de 700 millas, cubriendo toda la frontera entre Estados Unidos y México.

Continuadora de la política de guerra de Bush, como lo hizo su esposo en el 2000 con el Plan Colombia, para instalarse en la región a pretexto de combatir el narcotráfico; plan geoestratégico que tiene varias aristas: el bombardeo en Angostura en complicidad con el Comando Sur y el ejército colombiano; el golpe de Estado en Honduras, aupado por el Departamento de Estado (Hillary Clinton); la ocupación de Colombia con las 7 bases norteamericanas para combatir no solo a la insurgencia, sino a los países vecinos, y la constante agresión contra el pueblo Cubano. Ya en el otro lado del mundo, la posición de la señora Clinton no varía, su discurso reaccionario contra Irán, Irak y a favor de las acciones bélicas de Israel hacia el pueblo palestino, se manifiestan.

La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, visitó Ecuador el 8 de junio, “con el objeto de analizar temas de índole regional y comercial”.Eso es lo que dicen, pero, evidentemente, entre líneas se puede leer que existe un interés de afirmar la política de intervención en todos los ámbitos. Como lo expresó Paul Lemke, del Grupo Militar de la Embajada norteamericana: “tenemos una cooperación admirable en todos los niveles de gobierno. La relación ha sido muy fuerte en todos los niveles y yo diría que, inclusive, ahora estamos viviendo nuestros mejores momentos en términos de cooperación”.

La cooperación se da pues, en los niveles: económico, político y militar. En efecto, la cooperación norteamericana en el gobierno de la “revolución ciudadana” se ha mantenido y afirmado, a pesar de las declaraciones de Rafael Correa en contra de la injerencia de la CIA en los asuntos internos del Ecuador.

El 25 de agosto del año pasado sorprendió la firma de tres instrumentos bilaterales entre Ecuador y Estados Unidos, con el fin de mantener “los estándares de efectividad en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado”. En estos acuerdos, la DEA (Agencia Antidrogas de los EEUU, Drug Enforcement Administration) legalizó su trabajo en el Ecuador, así como las operaciones conjuntas con la Policía Nacional. Inversión que representa cerca de 7 millones de dólares, adicionales a los 43 millones que Estados Unidos aportó en el 2008. Esta actitud evidencia el doble discurso del gobierno de la revolución ciudadana.

El pasado 14 de enero, EEUU donó equipos antiterrorismo a la Policía, avaluados en 150 mil dólares. La Embajadora estadounidense sostiene que: “nunca se suspendió la colaboración entre la DEA y la Policía, la misma que es muy fuerte y muy importante”. Esto evidencia que a Correa no le molestaba la presencia gringa en el Ecuador, le incomodaba que no esté legalizada.

Millonaria ha sido la colaboración gringa para la Policía y Fuerzas Armadas, tanto en equipamiento militar como en recursos económicos.

El Plan Ecuador es otro instrumento de los tentáculos norteamericanos en el país. Cuenta con cerca de 135 millones de dólares para financiar proyectos de seguridad y desarrollo social en la frontera, pero en franca cooperación con los gringos, a través de la USAID.

Desde el 2001 al 2008 la USAID ha invertido cerca de $85 millones de dólares. Nadie regala plata porque sí, existe de trasfondo un interés, primero de mantener presencia en las comunidades de la zona de frontera, luego lograr posicionarse en perspectiva de asaltar los recursos que encierra la amazonía ecuatoriana, el agua, la biodiversidad, petróleo, etc. Y, evidentemente, hacer un trabajo ideológico.