En nuestro informe político al primer Comité Nacional realizado este año se expresa: “La agudización de la crisis cíclica del capitalismo, que sigue su curso se profundiza en algunos países de Europa” [1] lo que nos demuestra que la crisis aún no ha sido superada en el mundo, a pesar de los ajustes monetarios llamados salvatajes, mucho menos en latinoamérica donde las características peculiares se manifiestan esencialmente en problemas de orden fiscal, caso de Colombia, donde el déficit fiscal alcanza el 4.5% del PIB, equivalente a unos 25 billones de pesos; aumento de precios, desarrollo desigual [2] como grandes preocupaciones presentadas por el Fondo Monetario Internacional, sumándosele a la atención frente a los retos que demanda el manejo de la entrada abundante de capital (desestabilizando el valor de las monedas nacionales) del cual provienen, pero que aconsejan no aplicar controles [3] manteniendo la situación de dependencia de los países atrasados frente a los desarrollados para superar las dificultades de atraso y vulnerabilidad económica.

El revés internacional del gobierno colombiano, que no ha recibido la aprobación de los parlamentos norteamericano y de la Unión Europea, de los respectivos Tratados de Libre Comercio, hasta tanto no de una demostración verificable del respeto a los derechos humanos y cesen los asesinatos de líderes sindicales y campesinos. Tratados que bajo la óptica capitalista y neoliberal se realizan bajo el criterio de la ganancia, con desventaja para los países atrasados como Colombia, arruinando el campo, desapareciendo la industria, etc.

Las proyecciones económicas, no son halagüeñas, muy a pesar de las presentadas por el Banco Mundial, “El PIB mundial aumentará entre el 2,9% y el 3,3% en 2010 y 2011, para incrementarse entre el 3,2% y el 3,5% en 2012, de manera que se invertirá la tendencia que provocó un retroceso del 2,1% en 2009” [4] pero no logrará contrarrestar los efectos de de la crisis fuertemente expandida en el 2009.

La globalización se ha convertido en un búmerang para las economías imperialistas, que han visto peligrar su crecimiento en un proceso de series o efecto dominó, así no los demuestran las agobiadas naciones europeas de la zona euro, puesto que las más frágiles tiene en ascuas a las más fuertes, que aparentaban ser incólumes y que habían superado toda posibilidad de coletazo de la crisis. Alemania ha pagado con creces, su posición dominante en esta área, después de aprovecharse económicamente como país imperialista, ahora ve como se desmorona su moneda el Euro, que al momento de este escrito se cotiza a 1.19 dólares, y se ve obligada en contra de su voluntad a la aprobación del crédito de 110.000 millones de Euro para Grecia.

Es previsible que la crisis en la cual está inmersa España, obligada a adoptar medidas de ajuste fiscal, toque a latinoamérica, por la presencia de las multinacionales de ese país en este continente, quien globalizará sus políticas de ajuste esencialmente en las nóminas y la presión a los gobiernos coloniales a implementar reformas laborales y tributarias que le favorezcan; ejemplariza el gobierno colombiano, encabezado por Uribe Vélez y Juan Manuel Santos con sus propuestas estrellas de seguridad democrática y confianza inversionista, que ofrece un ambiente ventajoso para el capital extranjero, por las excepciones tributarias y los descuentos tributarios en detrimento de la pequeña y mediana empres, el país y la amenaza permanente a los países vecinos, por acogerse el gobierno colombiano a la doctrina de BUSH del ataque preventivo y la permisividad de presencia de tropas norteamericanas en siete bases militares en nuestro suelo.

Las dificultades de la salida a la crisis son patéticas, el reciente convite de los países imperialistas del G8 y los “emergentes” G20 el 25,26 y 27 de junio en Toronto, Canadá, pusieron en evidencia los desacuerdos profundos para adoptar medidas frente a la crisis, nadie quiere ceder, resaltó la desconfianza interimperialista: los europeos defendiendo el ajuste fiscal fuerte y la intervención a la banca, por otro lado los estadounidense defendiendo la banca, pidiendo moderación a los ajustes fiscales para preservar el negocio de los usureros internacionales que a través de la imposición del financiamiento interno de la deuda pública y privada, han empobrecido a los pueblos en grave perjuicio de la clase obrera y los sectores populares. China, cautelosa y prepotente, morigerando las súplicas de pedido de devaluación del su moneda el Yuan, de sus pares imperialista norteamericanos y europeos.

Aún, más, con las salidas que ofrece el FMI a los países atrasados de entregarse a las fauces de la usura internacional, como única tabla de salvación, incluso sin darla como muy segura, Nicolás Eyzaquirre, director del departamento del hemisferio occidental del FMI, plantea, “…pero dentro de este panorama regional, los países con estrechos vínculos a los mercados financieros internacionales probablemente experimenten una reactivación más vigorosa, gracias al acceso a un financiamiento abundante y a los precios elevados de sus materias primas de exportación” [5] los subrayados son nuestros. ¿Y, quienes determinaron la calificación de los bonos europeos? Las agencias de riesgos creada por los usureros, ¿acaso no fue a través de las garras de la McGraw-Hill con la agencia Standard & Poor’s la que habría rebajado la calificación de los títulos de Estado griegos, portugueses y españoles?

Frente a la realidad de nuestros pueblos, quienes son en últimas quienes vienen pagando con las medidas fiscales, como el incremento al impuesto indirecto IVA, recorte a los gastos sociales, recorte del salario, contratación indirecta, incremento de los impuestos regionales, etc  que a través de las presiones del capital financiero gestor, culpable y beneficiario de la crisis, los trabajadores y el pueblo se lanzan a las calles para oponerse a las funestas medidas del capitalismo; los trabajadores han internacionalizado la consigna de ¡que la crisis la paguen los ricos! Que indica claramente la necesidad de la articular las luchas que en los pueblos se libran bajo la consigna de ¡Todos contra el capital! , por lo tanto partimos como MCP-POLO por “…caracterizar la actual situación internacional de compleja y con muchas posibilidades a favor de las posiciones democráticas, progresistas y de izquierda para generar cambios así no sean estructurales, que tenemos que aprovechar de la mejor manera para aplicar nuestras definiciones políticas.” [6] 

América Latina

Reconocemos y saludamos los avances en latinoamérica por la instauración de gobiernos democráticos con características antiglobalización y contra el imperialismo norteamericano, que levantan banderas nacionalistas y desarrollan y llevan programas de salud, educación a favor de sus respectivos pueblos; gobiernos que se han constituido en el objetivo furibundo de las fuerzas reaccionarias y económicas de las trasnacionales, para derrocarlos, por la pérdida de un mercado que antes le era cautivo y se resisten a aceptar la autonomía soberana de los pueblos en su autodeterminación.

Resaltamos con ahínco el papel trascendental que han jugado las grandes movilizaciones de masas en nuestro continente, con un desenlace importante, logrando el derrocamiento de gobiernos criminales y sumisos al imperialismo norteamericano. Movilizaciones que sirvieron de trampolín para el triunfo electoral de las fuerzas progresistas democráticas y de izquierda. Pero llamamos la atención en relación a no ver que estos triunfos se constituyan en un paso transitorio de las contradicciones entre el carácter social de la producción y la apropiación privada, no cohonestamos con quienes creen que la actitud de estos gobiernos de corte popular es servir de administradores de la crisis capitalista, creemos que estos gobiernos deben apuntar a superar el proceso productivo capitalista. “La salida a esta aguda crisis cíclica del capitalismo no puede consistir, únicamente, en soluciones transitorias que, aunque beneficien al pueblo, hagan creer que desaparecen las hondas contradicciones entre el carácter social de la producción, el desarrollo de las fuerzas productivas y la apropiación privada de la riqueza. La salida debe pasar, necesariamente, por la búsqueda de un estado democrático y popular, alternativo al capitalismo en crisis y a sus fracasadas teorías, que no se quede en reformas que traten de embellecer al capitalismo. [7] 

En el contexto latinoamericano, comprendemos los diferentes niveles de alianza, necesaria en esta parte del continente, en vía a la formación de un frente antiimperialista y antifascista.

Frente al reformismo

Nuestras posiciones políticas orientan a la superación de posiciones meramente reformistas, enseñoreados con el parlamentarismo, como única salida para la superación del estado de desigualdad, colocando la consabida participación burguesa del parlamento en el sitial de privilegio ante la lucha popular y sin proponerse jamás la sustitución definitiva del aparato productivo capitalista. Estas posiciones vienen siendo abanderadas en Latinoamérica y el mundo por la socialdemocracia, la derecha, el revisionismo y el oportunismo de todo pelaje; no es casual que en Europa los países sumergidos en la crisis capitalista y que se han sometido a las políticas de fuerte ajuste fiscal del FMI y el BCE, arrebatando las conquista de los trabajadores, sometiendo sus pueblos a la sobre explotación, son gobiernos dirigidos por la socialdemocracia internacional, llenando de sangre obrera y popular las calles de sus países a favor del gran capital especulativo, responsables directos de la debacle financiera.

Un gobierno democrático, patriótico y popular se propone el desconocimiento de la deuda externa, al rechazo de la aplicación de medidas conducentes al agravio popular, implementa la soberanía económica, política y militar, protagoniza en la unión de la clase obrera el campesinado y los sectores populares en vía a la concreción del poder popular, para la defensa de los intereses del pueblo.

Nuestra lucha contra el reformismo.

La lucha política que libramos los demócratas, progresistas y de izquierda colombianos, sobre todo nosotros los del MCP-POLO, se enmarca en la confrontación al seno del partido – POLO DEMOCRÁTICO ALTERNATIVO - con las facciones socialdemócratas, que acudiendo a su naturaleza consecionista frente a la burguesía, desnudan su posición reformista bajo la supuesta flexibilidad política que persigue como fin político la negociación de cogobiernos, so pretexto de un desempeño político avanzado o moderno, manteniendo incólume las estructuras del régimen capitalista. En fin, la socialdemocracia y corrientes afines, sólo persiguen allanarle el camino de la restauración al capitalismo, anidar en el, y oponerse de cualquier forma al avance de las posiciones progresistas, democrática y de izquierda, propugnan y trabajan por la división del movimiento.

El MCP-POLO en sus definiciones políticas, propugna por cambios estructurales, que conlleven a sacudir las bases del sistema capitalista en lo económico, político y social, las reformas las entendemos como conquistas políticas dentro del estamento capitalista que coadyuven al avance hacia objetivos estratégicos de un gobierno verdaderamente alternativo cuyos propósitos se orienten ha desmembrar las bases del sistema capitalista. Levantamos la propuesta de Asamblea Nacional Constituyente Democrática y Popular, no sólo en el marco de un gobierno alternativo, sino también, como posibilidad en las actuales circunstancias, generada por parte de un gran movimiento popular que implique un estado de crisis del régimen, lo que nos distancia de todo resquicio reformista de diverso pelambre. El reformismo renuncia abiertamente a la derrota del capitalismo, defiende su connivencia y prácticamente sucumbe ante el, y se convierte en su fiel aliado en el movimiento social y político, desviándolo de sus objetivos concretos por una sociedad que borre las diferencia de clases.

No nos oponemos a la unidad, la impulsamos, y trabajamos por la más amplia alianza del movimiento político y social, pero a la vez combatimos las expresiones oportunistas en su seno, que impiden el desarrollo de los cambios democráticos. Dejamos claro que todo el esfuerzo de nuestra lucha es por la conquista del poder político.

 

[1Informe político: I Reunión del Comité Nacional del MCP-POLO, Bogotá, mayo 22 Y 23 de 2010.

[2Boletín del FMI, 5 de junio de 2010, reunión del G20.

[3Strauss-Khan, director del FMI.

[4Comunicado de prensa Nº:2010/466/GEPPerspectivas económicas mundiales 2010, Ciudad de Washington, 9 de junio de 2010.

[5Informe del FMI. Perspectivas regionales: las Américas. 4 de mayo 2010.

[6Informe político: I Reunión del Comité Nacional del MCP-POLO, Bogotá, mayo 22 Y 23 de 2010.

[7Colombia y su situación en el siglo XXI, conclusiones de la II convención del Movimiento por la Constituyente Popular, Medellín 14 y 15 de noviembre de 2009. Pag. 22.