Autor: Nancy Flores
Sección: Capitales

La administración de Juan José Suárez Coppel en Petróleos Mexicanos (Pemex) considera legal la privatización del dinero público. En esa lógica, miles de millones de pesos son tratados como capital privado y resguardados en cuentas bancarias particulares, radicadas en México y en el extranjero. Ello, a pesar de que su origen es la venta del petróleo.

Se trata de los recursos que Pemex transfiere, maneja y obtiene por intermediación de sus 25 empresas “privadas no paraestatales”, principalmente de las 10 conocidas como Grupo PMI. Estas últimas, dedicadas a comercializar –por encomienda y a nombre de la paraestatal– el crudo y sus derivados en los mercados internacionales.

No obstante que se trata de la venta de bienes de la nación, la petrolera mexicana considera que, al ser “sociedades privadas”, los recursos que manejan sus 25 filiales “también son de naturaleza privada”. “Por lo tanto, quedan excluidos del ámbito de competencia de la Cámara de Diputados”.

Lo anterior lo afirmaron altos funcionarios de la paraestatal durante una reunión sostenida con representantes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) a fines de 2009. En ese encuentro se discutieron los resultados y observaciones preliminares a la revisión de la Cuenta Pública 2008.

De la reseña hecha por la ASF se desprende que los servidores públicos de Pemex citaron dos jurisprudencias emitidas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación con el fin de “demostrar” la legalidad de la privatización del erario. También, con el objeto de evitar la fiscalización ordenada por los legisladores a los multimillonarios recursos públicos que se manejan como privados en esa empresa del Estado.

“Bajo el derecho positivo mexicano, es posible que un ente de la administración pública federal llegue a obtener recursos privados que, naturalmente, quedarán excluidos de la Cuenta Pública, tal y como lo ha sostenido la Suprema Corte de Justicia en nuestro país a través de las siguientes jurisprudencias”: P/J-126/2006; P/J-123/2006, expusieron los altos funcionarios de Pemex.

Ambas tesis se refieren a la supuesta naturaleza privada del Derecho de Trámite Aduanero, un impuesto que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público creó en 1993 como una “contraprestación privada” y que fue avalado por la Suprema Corte en octubre de 2006.

En ese contexto, los representantes de Pemex destacaron que la Auditoría Superior “carece de facultades para auditar, verificar y formular pliegos de observaciones únicamente respecto de los ingresos privados contenidos en el rubro financiero ‘DTA’ [Derecho de Trámite Aduanero]”. Criterio que también valdría, según la paraestatal, para las finanzas de sus empresas privadas constituidas en México y en el extranjero, sobre todo en paraísos fiscales, y operadas con recursos públicos.

Según la ASF, el Derecho de Trámite Aduanero –junto con la empresa Integradora de Servicios Operativos, SA, también creada por Hacienda– habría implicado un fraude multianual por más de 10 mil millones de pesos en contra de las finanzas de la nación.

Más de 800 mil MDP “privados”

En el caso de las 25 empresas privadas de Pemex, la defraudación a la hacienda pública sería incalculable. Las compañías fueron constituidas a fines de la década de 1980 y principios de 1990. Desde entonces, son manejadas al margen de la ley, señala la Auditoría Superior.

Tan sólo en lo que va del sexenio de Felipe Calderón, PMI Norteamérica, SA de CV, habría amasado un “patrimonio privado” superior a los 800 mil millones de pesos, monto que es seis veces el costo de la Refinería Bicentenario, que Pemex construirá en Tula, Hidalgo, y que asciende a 129 mil millones de pesos.

Según Petróleos Mexicanos, PMI Norteamérica “es una empresa privada constituida en México en 1993, como una sociedad anónima bajo el régimen de capital variable; circunstancia por la cual, Pemex no la considera una empresa paraestatal y su operación se realiza fundamentalmente en la sucursal registrada en Texas, Estados Unidos, bajo disposiciones del derecho privado”.

No obstante, la petrolera –que actualmente dirige Suárez Coppel– admite que sus accionistas (“dos empresas privadas extranjeras: PMI Holdings, BV, y PMI Holdings Petróleos España, SL, con una participación accionaria del 71.7 y 28.3 por ciento”, respectivamente) “son propiedad al ciento por ciento de Pemex”. Éstas forman parte del grupo PMI.

Más aún, reconoce que “el objeto principal de PMI Norteamérica es la refinación de petróleo crudo en el extranjero y la comercialización de los productos refinados”, considerados bienes públicos de México por la Constitución.

Anualmente, la filial maneja más de 230 mil millones de pesos. Los recursos se dividen en 16 rubros: ventas realizadas, costos de ventas, compras de insumos, inversiones en el extranjero, dividendos cobrados, inversiones con instituciones financieras, obligaciones fiscales, participación en resultados de las inversiones en el extranjero, costos asociados, capital social, utilidades generadas por sus accionistas, intereses ganados por inversiones, dividendos pagados, intereses ganados de préstamos realizados a PMI Trading y PMI Services North America Inc, gastos de administración y venta, y efectivo.

Aunque las transacciones implican bienes nacionales, la filial depositó y administró como privados los más de 800 mil millones de pesos que obtuvo entre enero de 2007 y agosto de 2010, a través de cuentas bancarias particulares.

De manera textual, los altos funcionarios de Pemex afirmaron a los auditores que, “al ser PMI Norteamérica una sociedad privada, los recursos que maneja también son de naturaleza privada y, por lo tanto, quedan excluidos del ámbito de competencia de la Cámara de Diputados establecido en el artículo 74, fracción VI, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”.

Ello, porque “a su juicio, la revisión de la Cuenta Pública tiene por objeto evaluar los resultados de la gestión financiera de los entes fiscalizados, corroborando si ello se ha ajustado a los criterios señalados por el presupuesto, verificando a la par el cumplimiento de los objetivos contenidos en los programas; y se encuentra circunscrita a la gestión financiera y el ejercicio del ‘gasto público’”.

PMI Norteamérica posee al menos tres cuentas bancarias privadas de cheques en dólares, una abierta en el JP Morgan Chase Bank NA, y otras dos en los bancos Scotiabank Inverlat y BBVA Bancomer, descubre la Auditoría Superior de la Federación en su Informe del resultado de la fiscalización superior de la Cuenta Pública 2008.

Asimismo, revela operaciones financieras de la filial (conocidas como inversiones time deposit) con el Bank of Tokio Mitsubishi, el Bayerische Landesbank y el Standard Chartered Bank.

Triangulación de recursos

Además de privatizar el dinero público, PMI Norteamérica estaría involucrada en triangulación de recursos a cinco filiales del Grupo PMI, que no son sus accionistas. También, en la inversión de capital en la refinería Deer Park, que –a nombre de Pemex– posee en sociedad con la trasnacional Shell.

Y es que la compañía instrumental ha transferido recursos multimillonarios a PMI Trading, PMI Holdings North America, Deer Park y PMI Services North America en calidad de “inversiones en el extranjero” y “préstamos”, revela el reporte de la ASF.

En 2008, las “inversiones en el extranjero” contabilizaron 7 mil 637 millones 542 mil pesos. De éstos, a Deer Park se le suministraron 7 mil 612 millones 273 mil; a PMI Holdings North America, 15 millones 722 mil, y a PMI Trading, 9 millones 547 mil pesos.

Los “préstamos” fueron asignados a PMI Services North America y ascendieron a 203 millones 74 mil pesos. Tan sólo en 2008, los “intereses ganados” por ese concepto ascendieron a 12 millones 384 mil.

Además, en ese mismo ejercicio, PMI Norteamérica registró pasivos por 1 mil 772 millones 309 mil pesos a favor de PMI Comercio Internacional, por “compra de producto”; de PMI Trading, por “pago de seguros”, y de PMI Holdings North America, por “servicios administrativos y comerciales”.
El negocio de Shell

Las filiales privadas de Pemex no son las únicas que ganan. También, la trasnacional Shell, por medio de Deer Park Refining Limited Partnership. La sociedad permite a la trasnacional adquirir todos los productos resultantes de esa refinería, con base en el Acuerdo de Transferencia de Productos, firmado el 31 de marzo de 1993 entre Shell y la filial privada de Pemex.

Contrario a ello, la copropiedad no parece tan benéfica para PMI Norteamérica. En 2008, la filial registró una pérdida bruta de 2 mil 208 millones 700 mil pesos relacionados con la operación de Deer Park.

Pemex asegura que el multimillonario déficit “se obtuvo al considerar sus ingresos por la venta de productos refinados a Shell (único cliente), menos el costo de ventas, que incluyó la cuota de procesamiento pagada a Deer Park, comisiones y gastos (fees & expenses) y fletes marítimos, en los que la compañía incurrió para poder realizar sus operaciones de la refinación de petróleo crudo”.

De acuerdo con el Informe de la ASF, en el Estado de resultados de PMI Norteamérica se constató que “el costo de ventas fue superior en 2.9 por ciento sobre los ingresos obtenidos en el año.

“La Gerencia de Control Presupuestal de Pemex mencionó que lo anterior ocurrió como consecuencia de la caída de precios del petróleo durante el segundo trimestre de 2008, lo que ocasionó un desfase en el precio de venta de barril refinado, el cual fue menor que la suma del barril crudo comprado con sus costos incurridos.”
Pemex, la única que no gana

Las pérdidas que la refinería trasladó a las finanzas de PMI Norteamérica casi sumaron lo mismo que las ganancias. En los “ingresos por dividendos” derivados de su participación en Deer Park, la filial registró 2 mil 923 millones 216 mil pesos.

De ese dinero, Petróleos Mexicanos no vio ni un peso. Mientras que, el 26 de septiembre de 2008, PMI Norteamérica pagó dividendos a sus dos accionistas –25 millones 727 mil pesos a PMI Holdings, BV, y 10 millones 162 mil pesos a PMI Holdings Petróleos España, extraídos de su cuenta bancaria en JP Morgan Chase–, a Pemex no le restituyó nada.

Los consejos de administración de las PMI involucradas decidieron no decretar dividendos a favor de la paraestatal. PMI Holdings, BV, y PMI Holdings Petróleos España ordenaron “mantener las utilidades del ejercicio como resultados acumulados, por 84 millones 990 mil pesos al cierre de 2007; y por 12 mil 99 millones 30 mil pesos al cierre de 2008.

PMI Norteamérica es, a decir de Pemex, “una empresa unimembre o instrumental que, para operar, requirió celebrar contratos de prestación de servicios administrativos, jurídicos y comerciales, principalmente con PMI Comercio Internacional, SA de CV”. Respecto de esta última, indica que es una entidad paraestatal cuyo accionista mayoritario es Petróleos Mexicanos.

En 2008, su capital contable sumó los 7 mil 482 millones 23 mil pesos, que sirvieron para “financiar la mayor parte de su operación”.

Para la elaboración de este trabajo, Contralínea solicitó conocer la versión de Pemex a través de Reyna Zea, gerente de Comunicación Social. Hasta el cierre de edición, no hubo respuesta.

Fuente: Contralínea 198