Sin embargo, el movimiento deportivo en la Isla, continúa escribiendo gloriosas páginas tanto en su historia como en el plano internacional.

La irascible política sitúa a la ínsula en posición de desventaja con el resto del mundo, porque muchos empresarios extranjeros rechazan la posibilidad de comerciar con Cuba y, en el mejor de los casos, exigen pagos (adelantados) y precios excesivamente altos.

Disciplinas como el béisbol, baloncesto y las náuticas, entre otras, usan para su adiestramiento implementos de fabricación norteamericana y debido a esta arbitrariedad hay que adquirirlos mediante terceros países lo cual eleva sus costos.

Muchos de esos artículos, entre los que sobresalen pelotas, mascotas y caretas, así como accesorios náuticos son de alta calidad, fabricados por determinadas marcas, las cuales son de uso obligatorio por las diversas Federaciones Internacionales. Ello obliga al país a su adquisición a precios elevados y reporta enormes gastos para la economía.

Mercedes Rodríguez, directora de desarrollo de la Industria Deportiva Cubana, afirma a la AIN que debido al cerco económico, esa empresa ha tenido múltiples obstáculos para obtener las materias primas, lo cual afectó la producción de 50 millones de artículos deportivos.

"Hemos seguido confeccionando utensilios y equipamientos deportivos gracias a la voluntad y talento de los trabajadores, quienes apelan a su ingenio y buscan nuevas soluciones para contrarrestar esas nefastas consecuencias, expresa Rodríguez.

También como parte del paquete de medidas genocidas a los cubanos se les niega la visa para participar en importantes certámenes que se realizan en suelo estadounidense.

No es secreto que Estados Unidos, la nación más rica y desarrollada del planeta, no ceja en su propósito por truncar el éxito del deporte revolucionario en Copas del Mundo, Juegos Panamericanos, Campeonatos Mundiales y Juegos Olímpicos.

Precisamente, los deportistas cubanos son los únicos del universo que compiten bajo doble presión, ya que concursan con el estrés ocasionado por la justa en sí, y padecen asedio de los cazas-talentos, quienes los incitan constantemente para que traicionen su bandera.

A pesar de la absurda actitud de los vecinos del norte, el movimiento deportivo cubano demuestra a diario su capacidad para conquistar nuevos lauros en cada escenario al cual asiste.

Agencia Cubana de Noticias