Mario Bonino, de 37 años en aquel entonces, desapareció el 11 de noviembre de 1993 cuando iba camino a asistir al seminario “La Radio de Fin de Siglo” –mismo día en el que había distribuido un comunicado de repudio de la UTPBA por amenazas de muerte contra periodistas en San Luis-, y cuatro días después su cuerpo apareció en las aguas del riachuelo, muy cerca del Puente Pueyrredón. Las pericias legales y la Comisión de Investigación, integrada por periodistas de diversos medios, determinaron que había sido asesinado.

Bonino se desempeñó laboralmente como periodista deportivo en los diarios Popular, Sur, La Razón, y en 1993 trabajaba en el Área de Comunicación de la UTPBA, como redactor y militante de las ideas de la entidad.

Al momento de su desaparición y posterior asesinato, Mario estaba casado con Felicia Urbano y era padre de Federico, de 8 años en ese momento, y vivía junto a ellos en un departamento de avenida La Plata y Estados Unidos, Capital Federal.

Mario Bonino fue asesinado “cuando arreciaban y se multiplicaban los ataques, agresiones y amenazas contra periodistas – trabajadores de prensa en todo el país”, afirmó la UTPBA en una publicación editada a cuatro años del crimen que dejó sin vida a “un hombre sencillo, familiero y apasionado por los deportes, esencialmente por el fútbol”.

“Mario fue un redactor completo de esos que se necesitan siempre en todas las redacciones y fue, sobre todo, uno de aquellos que jamás dejó de decir lo que pensaba, al tiempo que defendía lo que creía”.