Los ministerios libaneses de Defensa y de Telecomunicaciones acaban de actualizar el sistema israelí de espionaje sobre los teléfonos móviles, también conocidos como celulares.

Gracias a espías reclutados dentro de las empresas de comunicaciones, Tel Aviv puede vincular una línea telefónica a la de cualquier dispositivo de telefonía móvil en el Líbano. Lo anterior no sólo hace posible la escucha de conversaciones sino que permite incluso manipular los datos de conexión que aparecen en los registros telefónicos (el número que llama o el número al que se llama, fecha y hora de la llamada, duración de la llamada, lugar donde se encuentran la persona que realiza la llamada y la persona que recibe la llamada).

Se ha demostrado además que los programas informáticos que supuestamente deben proteger al usuario en realidad facilitaban el trabajo de los espías israelíes, quienes disponen entonces de accesos directos a través de las llamadas back doors.

En ese contexto, el estudio de los datos de conexión en que se basó el trabajo del Tribunal Especial para el Líbano ya no se considera confiable. Aquellos datos falsificados llevaron a acusar injustamente a cuatro personas sospechosas de estar implicadas en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, personas que acabaron siendo injustamente encarceladas durante 4 años.

El actual primer ministro libanés Saad Hariri viajará este sábado a Teherán.