Ankara viene multiplicando los gestos de descontento hacia la intervención aliada en Libia, sobre todo contra París.

El gobierno del primer ministro Erdogan, actualmente enfrascado en la campaña con vista a las elecciones legislativas del 12 de junio, no deja pasar la menor oportunidad de denunciar el viraje que imprimió Francia a la aplicación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU. El ministro turco de Defensa, Vecdi Gonul, se preguntó al respecto con qué derecho se arrogó Francia la dirección política de las operaciones militares. El ministro de Relaciones Exteriores, Ahmet Davutoglu, interpretó por su parte como una afrenta el no haber sido invitado a la cumbre de París.

Lo más importante es que el primer ministro Recep Tayip Erdogan criticó las declaraciones del ministro francés del Interior, Claude Gueant. «Algunos, a pesar de nuestras advertencias, siembran en las mentes la confusión sobre las operaciones en Libia y emplean expresiones que están muy fuera de lugar, como “cruzada”, lo cual da lugar a interrogantes», declaró Erdogan. «Yo deseo que ellos [los franceses] hagan inmediatamente su propio examen de conciencia por haber expresado nociones tan peregrinas, que alientan la teoría de un conflicto de civilizaciones», prosiguió el primer ministro turco.

El gobierno de Erdogan está particularmente molesto de que el presidente francés Nicolas Sarkozy haya convertido el mandato de la ONU para la implantación de una no fly zone [Zona de exclusión de vuelos] en la imposición de una no drive zone ya que los aviones franceses han bombardeado y destruido blindados libios y eliminado a sus tripulantes cuando estos no amenazaban a ningún civil sino que se dirigían hacia la línea del frente para entrar en combate contra insurgentes armados.

Ankara –que es miembro de la OTAN– espera que al asumir esta última oficialmente el mando de las operaciones pondrá a su alcance la posibilidad de oponerse a esta distorsión del contenido de la resolución 1973.