Tres millones 90 mil 746 niños, niñas y adolescentes trabajan en México, según el Censo de Población y Vivienda 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). No obstante, el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) sólo tiene la capacidad de atender a los 94 mil 795 del sector urbano-marginal. Jazmín Mártir Alegría, subdirectora de Vinculación Interinstitucional de la dependencia, señala: “Por un mejor México, quisiéramos que no hubiera niños trabajando ni en las calles ni el sector formal, ni en los campos agrícolas; pero se está haciendo un esfuerzo interinstitucional”.

El Estado de México, Jalisco, Veracruz, Puebla, Guanajuato, Chiapas, Michoacán, Distrito Federal, Oaxaca, Guerrero y Nuevo León son las entidades federativas con mayor número de niños que trabajan. En conjunto, suman 2 millones 38 mil 127 menores: el 66 por ciento de la población económicamente activa ubicada entre los 12 y 19 años de edad.

Mártir Alegría asegura que hay más de 94 mil niños que trabajan en el sector informal de la economía y realizan actividades en calles, avenidas y parques; niños que no tienen una protección social ni edad para trabajar, de acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (artículo 123), la Ley Federal del Trabajo (artículos 22, 23, 173-180, 362, 372 y 995) y la Ley para la Protección de los Derechos de la Niñas Niños y Adolescentes.

“Ese número nos da un panorama a nivel nacional. Sin embargo, es importante que los estados monitoreen la evolución del fenómeno, las zonas expulsoras y los factores que los atraen. Los más de 3 millones a los que hace referencia el Módulo de trabajo infantil 2009 son de agricultura, pesca, prestación de servicios, minería…”, explica.

Mártir Alegría comenta que una “situación multifactorial” obliga a 94 mil 795 niños del sector urbano-marginal a trabajar. Destaca dos factores: la pobreza en la que viven y la creencia de los padres de que el trabajo es formativo. “Para nosotros, como Sistema Nacional, nuestra gran apuesta es que el niño tenga acceso a la educación, pues rompería el círculo de la pobreza que puede mantenerlo trabajando en el sector informal de la economía toda su vida”.

El Programa para la Protección y el Desarrollo Integral de la Infancia del DIF se ha desarrollado en los estados y municipios de todo el país. Busca reinsertar a los niños en la escuela, como pilar de desarrollo para ellos y su familia. “Se han obtenido buenos resultados. El 97 por ciento de los niños becados aprobó el ciclo escolar 2009-2010 de manera satisfactoria, a pesar de las adversidades que puedan tener. Quisiéramos que no hubiera niños trabajando, por lo que se está haciendo un esfuerzo interinstitucional”.

En el Informe de evaluación específica de desempeño 2009-2010, del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, se explica que durante 2009 el programa del DIF aplicó estrategias de prevención y atención a 1 millón 668 mil 113 niños en situación de riesgo. Los temas que se trataron fueron derechos de la niñez, freno a las adicciones en la infancia, embarazo en adolescentes, trabajo infantil urbano-marginal, migración infantil, menores en situación de calle y explotación sexual comercial infantil.

La representante del DIF señala que la estrategia de intervención comunitaria que desarrollan implica conocer el lugar de origen de los niños que trabajan y el tipo de problemáticas que enfrentan, además de un diálogo con sus familiares. “El objetivo es brindar acciones y servicios asistenciales en materia de prevención de riesgos sociales y problemáticas específicas. Por un mejor México, quisiéramos que no hubiera niños trabajando ni en las calles ni el sector formal, ni en los campos agrícolas”.

Hay una estrategia nacional entre las diferentes secretarías –del Trabajo y Previsión Social, Desarrollo Social, Educación Pública y Salud– para abordar la problemática de los niños que laboran, explica Jazmín Mártir. “No se podría decir que las políticas públicas encargadas de proteger a la niñez mexicana están fallando, pues debe analizarse el contexto social del niño, ya que la familia pondera si va a la escuela o trabaja”.

María Joann Novoa Mossberger, presidenta de la Comisión Especial para la Niñez de la Cámara de Diputados, exhorta a que haya un esfuerzo del gobierno federal para asegurar el respeto de los derechos de la niñez. “Un niño que deja de estudiar por el trabajo se va a quedar rezagado en las oportunidades de desarrollo. Creo que la cifra en la que nos debemos de basar como oficial es la que maneja el Inegi, que en el último conteo el número de niños trabajadores sobrepasa los 3 millones, aunque lo que nos preocupa es que una cuarta parte no va a la escuela y otros no perciben una remuneración”, señala.

Fuente: Contralínea 232 / 08 de mayo de 2011