La labor de Gabriela Cuevas Barrón como jefa delegacional de Miguel Hidalgo fue criticada en 2008 por el 71 por ciento de los 7 mil 848 habitantes de la demarcación, de acuerdo con una encuesta de organizaciones sociales, vecinales y ciudadanas. A la militante del Partido Acción Nacional (PAN) se le achacaba supuestamente desconocer sus compromisos de campaña.

En tanto, en 2009, la ahora diputada federal fue convocada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal a comparecer por la supuesta ilegalidad bajo la que se construían obras en la delegación.

De acuerdo con lo documentado por La Jornada, vecinos de colonias de Miguel Hidalgo, como Tlaxpana, Anáhuac, Pensil, Argentina, Polanco y Lomas de Chapultepec, exigieron la destitución y el juicio político contra Cuevas por, según, uso indebido del servicio público, actuar con prepotencia y amenazar a los habitantes de la demarcación.

Con todo, la exdelegada de Miguel Hidalgo figura en la lista de preferencias para sustituir al actual jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, en 2012. Se niega a hablar de sus aspiraciones, pero no pierde la oportunidad de mostrarse “agradecida” por el “reconocimiento” de la gente que participa en las encuestas.

—Yo no me he destapado. Al día de hoy soy diputada federal; presido la Comisión del Distrito Federal; tengo una enorme responsabilidad ahí. Estoy muy concentrada en mi trabajo y espero ya en algunos meses, o menos, tomar una decisión.

El PAN, sin representatividad

En entrevista con Contralínea, Cuevas Barrón reconoce que al PAN –en el que milita desde 1994– “le hace falta acercarse a la gente”. Acepta que la organización política dejó de representar a los capitalinos.

—Todos los panistas debemos retomar el trabajo en nuestras colonias, delegaciones, distritos, y demostrar nuestra capacidad para resolver problemas. Lo más importante es que el PAN recupere esa posibilidad de estar cerca de los ciudadanos.

Alejado de la ciudadanía, el PAN –la tercera fuerza política en la capital del país– pretende sustituir al Partido de la Revolución Democrática en 2012.

—¿Por qué el PAN habría de ganar las elecciones para la ciudad en 2012, cuando es la tercera fuerza en el Distrito Federal?

—Más que un tema de partidos, las cosas tienen que cambiar por una razón: a la fecha no han funcionado.

En su diagnóstico de la ciudad de México, Cuevas Barrón asegura que tras 15 años de gobiernos perredistas el partido en el poder carece de planes de corto, mediano y largo plazo que indiquen hacia dónde va la metrópoli. “La ciudad no se puede hacer sobre las rodillas: necesita un plan”.

Agrega que los impuestos que pagan los ciudadanos no se reflejan en la calidad de los servicios. Además, señala, el crecimiento económico y la generación de empleos han sido nulos en la ciudad desde hace 20 años.

“Es increíble que con la gente más escolarizada del país, un mosaico cultural de lugares, climas, realidades urbanas y rurales, con zonas de conservación ecológica y sitios históricos no se haya apostado al turismo. La pluralidad no ha sido explotada, promocionada ni trabajada por el gobierno capitalino.”

La también presidenta de la Comisión del Distrito Federal en la Cámara de Diputados argumenta que, pese a los “aciertos” del gobierno de Marcelo Ebrard, “la ciudad no es mejor que hace 15 años; no es más segura, y si bien no estamos en las mismas condiciones que están en algunos estados de la República como Nuevo León, Tamaulipas o Michoacán, estamos en un momento en el que hay que ver las cosas con ojos de soluciones; no con ganas de tapar problemas”.

El asesinato de las periodistas Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga, cuyos cuerpos fueron hallados en el parque El Mirador de la delegación Iztapalapa −el primer caso de periodistas registrado en la ciudad en los últimos años− y la desaparición de la estudiante de arquitectura Adriana Morlett en las inmediaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México, se suman a la ola de crímenes y violencia en el Distrito Federal, y que dejan al descubierto que, contrario a lo que afirman las autoridades, la violencia que permea en el país está también en la ciudad.

A este respecto, Cuevas Barrón afirma que el Gobierno del Distrito Federal emplea una estrategia errónea en el tema de seguridad, ya que niega que existan dificultades. “Los problemas se deben abordar desde una perspectiva realista y a partir de la elaboración de un diagnóstico de cómo se encuentra la ciudad en materia de seguridad, servicios, calidad de la carpeta asfáltica, agua. Uno de los mecanismos más fuertes para combatir la delincuencia está en la sociedad, en el trabajo de todos los días para motivar a la gente a denunciar. Tenemos que apostarle al tejido social, y darle garantías de que al denunciar no van a tener problemas o consecuencias”.

También plantea que se debe de combatir la impunidad y la corrupción en los cuerpos policiacos y en las autoridades de procuración de justicia.

—¿Cuál es la evaluación que hace de la gestión de Marcelo Ebrard?

—Ha tenido cosas buenas. La promoción de la bicicleta, las medidas de cuidado del medio ambiente y la continuidad de los programas sociales que iniciaron con Andrés Manuel López Obrador me parecen buena idea.

Puntualiza que en el tema de los programas sociales hay que cambiar su aplicación de manera que no sean únicamente de carácter asistencial, “sino que realmente ayuden a que más familias logren salir de su condición de pobreza, y consolidar una clase media”.

Para Cuevas Barrón, otro de los aciertos del gobierno capitalino es la inversión en transporte público. Sin embargo, aclara, el Sistema de Transporte Colectivo Metro, que representa la inversión más grande, se construye con deuda, no con el presupuesto que se le asigna anualmente al Gobierno del Distrito Federal, por 140 mil millones de pesos. “Es mucho dinero. Es el segundo presupuesto más grande que hay en el país a nivel de los estados y no vemos ese nivel de inversiones”.

Cuestionada acerca del descontento social que ha causado la construcción de la Línea 12 del Metro y la Línea 4 del Metrobús, Cuevas Barrón no considera que el repudio se traduzca en costos políticos. “No creo que haya muchos costos porque una vez que se inauguran se olvida todo lo que tuvimos que padecer. Lo que sí creo es que la ejecución de las obras es un desastre, pero el plan en abstracto es muy buena idea”.

En el caso de la Supervía Poniente, la Arena Ciudad de México y el Foro Estadio Azcapotzalco, Cuevas Barrón señala que hay una tendencia a engañar a los ciudadanos. “No se puede pasar por encima de los vecinos. Yo creo que se pueden hacer obras si realmente se justifica que hay un bien para la sociedad, pero no hay transparencia en la asignación de proyectos, no se consulta a la comunidad. Algunas de las prioridades que ha tenido Marcelo Ebrard, como ciertas obras viales, no son primordiales para los capitalinos”.

De su trabajo como legisladora destaca la emisión de una nueva ley orgánica para la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal que, asegura, busca dotarla de mayores facultades en la investigación, prevención y combate a la delincuencia; y las reformas al estatuto de gobierno para modificar el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. Entre los pendientes, indica la regulación de manifestaciones públicas, una ley del sistema de seguridad pública del Distrito Federal, iniciativa que envió el Ejecutivo federal, y 25 iniciativas sobre la reforma política al Distrito Federal.

—¿El PAN le apuesta a la militarización del Distrito Federal?

—No, de ninguna manera. La participación del Ejército en la lucha contra el crimen es un último recurso.

Una de las principales propuestas de Cuevas Barrón es la elaboración de un diagnóstico que indique cómo se encuentra la capital en materia de recursos naturales, infraestructura, agua, transporte, drenaje; dónde hay potencial para construir, posibilidades de invertir y generar empleos; cómo se pueden cuidar las áreas verdes, el campo, el desarrollo rural de la ciudad; y, con base en el análisis, reunir a profesionales de las principales universidades públicas del país para definir un plan y construir políticas.

“Las áreas verdes cada día se encuentran en mayor riesgo por la impunidad que existe en los temas de uso de suelo y en la regularización de las tierras. Las barrancas, en lugar de captar agua, son invadidas por grupos del Partido de la Revolución Democrática.”

— ¿Hay planes de privatizar el agua en la capital del país?

— Me parece [un asunto] delicadísimo porque no hay tal propósito. La solución al problema del agua no es aumentar la tarifa [de ésta] a la gente, como lo ha hecho el gobierno de Ebrard; no está en amenazar [a los capitalinos] con cortarles el agua, como lo hacía Mario Delgado. Con la infraestructura correcta y la inversión adecuada, no tiene por qué privatizarse. El problema podría estar solucionado en un, relativamente, corto plazo.

Cuevas Barrón concluye con una petición a los numerosos aspirantes a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal: “Que se comprometan a dedicar su tiempo a la administración de la ciudad, no a grillar por la Presidencia. Necesitamos jefes de gobierno de tiempo completo”.