6-10-2011
Se lee en despacho de Andina lo siguiente:
“Lima, oct. 04 (ANDINA). El jefe de Estado, Ollanta Humala Tasso, reafirmó hoy el compromiso de su gobierno con la libertad de expresión y el rol fiscalizador de los medios de comunicación, tras recibir al presidente de la Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR), Luis Pardo Sainz.
La reunión se llevó a cabo esta noche en la sede del Ejecutivo con la participación del primer y segundo vicepresidente de la AIR, Alfonso Ruiz de Assín, y Emilio Nassar; y los representantes de la Sociedad Nacional de Radio y Televisión Hugo Delgado (presidente); Marcelo Cúneo (vicepresidente); y Abraham Zavala (director).
Al finalizar la cita, Pardo Sainz destacó que en el Perú existe un aceptable y buen nivel de libertad de expresión, y que el presidente Humala tiene la voluntad de mantenerlo.” http://www.andina.com.pe/Espanol/noticia-jefe-estado-reafirma-compromiso-del-gobierno-con-libertad-expresion-380639.aspx
¿Es que el presidente debe ratificar “la voluntad de mantenerlo” (sic) “un aceptable y buen nivel de libertad de expresión”. La redacción o es engañosa y mediocre o todo está aquí al revés. El mandatario Ollanta Humala tiene la OBLIGACION por el precepto constitucional que así lo ordena de permanecer en el respeto a la libertad de prensa. No incurre en ningún favor especial al país, hace lo que debe porque así ha jurado hacerlo. ¡Y no es compromiso de un gobierno, es mandato que establece la Carta Magna o el derecho natural al Estado!
Banal por frívola, irrelevante por excesiva e inane que un personaje foráneo nos obsequie con un certificado de buena conducta y encima diga que el jefe de Estado tiene voluntad de mantener un comportamiento al cual está comprometido.
En cambio Andina, desde que inició este gobierno no ha transmitido ni una noticia sobre lo que la Comisión Permanente del Congreso anterior aprobó como dictamen despenalizando el delito de difamación y cómo el ex mandatario Alan García en gesto repudiable y claudicante envió observaciones sobre aquél el 27 de julio a las 10:55 de la noche, frustrando un auténtico alegato por la libertad de prensa.
No solo eso. En la campaña electoral el postulante Ollanta Humala consignó en su plan de gobierno que ésta había de ser una medida fundamental para cautelar ¡precisamente! la hoy tan cacareada libertad de prensa que todos alaban y festejan pero que sirve para algunos y para otros no.
¿Quiénes temen a la libertad de prensa? Todos aquellos que tienen presuntas cuentas con la justicia: los que ganaron contratos con dedicatoria o maña aviesa; los ex gobernantes que requieren de una espada de Damocles para mostrarla al periodista que los señale con dedo acusador; los que saben que hacen trampa pero que demandan la mudez del informador sometiéndolo a juicios, persecuciones, pago de tasas por miles de soles, engrilletamiento a citas, informes orales, interrogatorios y ¡la mordaza! como símbolo de la “justicia” para que no hable o no escriba cuanto saben. ¿No es eso también un ataque –muy perverso- a la libertad de prensa?
El 99.9% de los jueces admite las querellas por supuesta difamación. Por quítame estas pajas y gracias a la ayuda rentada de abogados marrulleros y que han hecho de su profesión una mina áurea o dolarizada riquísima, cualquier palabra o término puede ser considerado injuria o difamación. El que tiene dinero lo emplea para asordinar la protesta en forma de artículo periodístico, crónica televisiva o radial, a veces logra morigerarla o comprarla, pero los magistrados se prestan al desprestigio del Poder Judicial y actúan para aplastar al más débil, casi siempre el reportero, que puede terminar literalmente desplumado y preso. Conozco un caso que el gorrito introductorio a un auto apertorio de autoridad judicial, le ha representado el requerimiento de US$ 500 mil como “reparación civil”. De esto no hablan quienes callan por ignorancia o por desinterés o por la necesidad de vivir en el status quo que lo tiene como “formador de opinión”.
Ni el Congreso nuevo o el gobierno del presidente Humala parecen tener muy claras convicciones sobre este particular despenalizador del delito de difamación. ¿Cómo, entonces, tantas loas a la libertad de prensa cuando una de sus bases está dañada? ¿o se cree que el periodista no tiene derechos humanos que amparen su misión sagrada de romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Esta sí es una obligación del presidente Humala y del Congreso! A menos que no quieran, siquiera igualar lo que hizo el anterior en sus estertores de desprestigio y anemia popular.
Wait and see reza el dicho en inglés.
¡Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder, el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Sólo el talento salvará al Perú!
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