Por medio de leyes de marcado carácter injerencista, los sucesivos gobiernos norteamericanos han incrementado el cierre de cuentas en un número importante de bancos extranjeros, y el rechazo de muchos de ellos a realizar pagos de entidades similares cubanas.

Así lo destaca el proyecto de resolución que el 25 de octubre presentará la Isla ante la Asamblea General de Naciones Unidas, bajo el título de Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de Estados Unidos contra Cuba.

En relación con los activos cubanos, la OFAC prohíbe todas las transferencias de crédito y pagos entre o a través de cualquier institución bancaria, dondequiera que se halle, con respecto a toda propiedad sujeta a la jurisdicción de los Estados Unidos, refiere un sitio de la administración de ese país.

El Banco Central de Cuba se reserva los nombres de las entidades que han cedido a la presión de la Casa Blanca, y destaca que muchas de sus juntas directivas han aceptado esta imposición por temor a perder importantes activos y relaciones financieras con esa nación.

No obstante la discreción, las autoridades norteamericanas develan públicamente los infractores de sus leyes.

Tal es el caso del banco estadounidense JP Morgan Chase, (JMPC) recientemente sancionado con una multa de 88,3 millones de dólares por mantener transacciones financieras prohibidas con naciones como Cuba, Irán, Sudán o Liberia, incluidas en la denominada lista de países patrocinadores del terrorismo, señala un comunicado del Departamento del Tesoro.

De acuerdo con la misma fuente, JPMC procesó mil 711 transferencias bancarias a Cuba por aproximadamente 178,5 millones de dólares entre diciembre de 2005 y marzo de 2006, en contraposición al llamado Reglamento de Control de Activos Cubanos.

Credit Suisse y Barclays Bank también forman parte de los sancionados con altas multas a pagar al Departamento del Tesoro de Estados Unidos

Aunque la mayoría de esas operaciones se realizan en euros u otras monedas, son permanentes las pérdidas por la imposibilidad de realizar pagos en dólares estadounidenses, a causa de las variaciones de los tipos de cambios.

Solo para ejemplificar el impacto sobre las finanzas, en uno de los bancos comerciales cubanos los pagos rechazados estuvieron en el orden de 481 mil euros, destaca el proyecto de resolución de la Isla contra el bloqueo.

Cuba es un pequeño país en desarrollo con una economía que depende en gran medida del comercio exterior, de tecnología y capitales externos, de créditos, inversiones y de la cooperación internacional para su desarrollo, subraya el documento.

Es por ello que, aun cuando la presentación ante la Asamblea General de la ONU se ha convertido en una práctica habitual, para los cubanos hoy es una cuestión de respeto a su soberanía, y su eliminación es vital en aras del desarrollo de su economía.

Agencia Cubana de Noticias