Una misa «por el reposo del alma» del pequeño Sari Saud y de las 26 víctimas del atentado perpetrado en el popular barrio de al-Midan, en Damasco, tuvo lugar el 8 de enero de 2012 en la iglesia de la Santa Cruz.

El canal de televisión qatarí Al-Jazeera ha presentado Sari Saud, un niño de 9 años de la ciudad de Homs, como una víctima de las fuerzas gubernamentales, a pesar de que la propia madre del niño y varios de sus parientes aportaron personalmente sus testimonios a la televisión siria sobre las verdaderas circunstancias de su muerte y los responsables del crimen.

Durante la misa, el arzobispo cristiano Luka Al-Khuri recordó que Siria fue «la tierra de las civilizaciones y de los profetas» y atribuyó la responsabilidad de los atentados a los dirigentes occidentales y a quienes dicen defender la causa árabe cuando en realidad están al servicio de otros intereses.
El arzobispo criticó también a los medios Al-Jazeera y Al-Arabiya acusándolos de «inundar a los árabes de mentiras y desinformación».

La principal autoridad de la religión islámica en Siria, el gran muftí de Siria jeque Ahmad Badreddin Hassun, hizo uso de la palabra después del arzobispo Luka Al-Khuri.

Ovacionado por los fieles reunidos en la iglesia, Cheikh Hassun declaró que «el Hombre es más sagrado que cualquier mezquita o templo y quien mata a un ser humano se condena porque destruye una estructura creada por Dios».
«A quienes quieren convertir Siria en una arena para sus propios propósitos contra la voluntad del pueblo, a la Liga Árabe y a las Naciones Unidas, les digo que Siria tiene ángeles [protectores] que volarán hasta el día de la resurrección», prosiguió el gran muftí de Siria.

Se dirigió después en los siguientes términos a los elementos armados que enlutan el país: «Si ustedes quieren participar en el poder, preséntennos sus programas sin blandir sus armas y, si nos convencen, nosotros los adoptaremos.»

También llamó a toda persona que haya perdido algún ser querido a «convertir esa pérdida no en odio sino en amor».
Esta última exhortación adquiere una importante significación en boca del gran muftí de Siria ya que su propio hijo de 22 años, Sariah Hassun, fue asesinado en octubre de 2011 después de que su padre rechazara una oferta qatarí de 10 millones de dólares para que se uniera a las fuerzas hostiles al gobierno sirio.

Al terminar la misa, todos los representantes religiosos y los participantes entonaron juntos Homat el Diyar, el himno nacional sirio.