• En total contradicción con la tendencia dominante de los medios de prensa europeos, el enviado especial del Dagblad De Pers (Países Bajos), Arnold Karskens, confirma que no hay revolución ni represión en Siria, sino desestabilización del país por parte de grupos armados manipulados desde el exterior. Hasta ahora, el diario británico The Guardian era el único defensor de esa visión de los hechos.

• En el Washington Times, Roman Scarborough dice esperar que la inminente caída del presidente al-Assad permita encontrar por fin las armas de destrucción masiva que el dictador iraquí Sadam Husein tuvo tiempo de trasladar a Siria antes de la invasión estadounidense. Sugiere así que los neoconservadores nunca mintieron para justificar la guerra contra Irak y que una acción militar contra Siria permitiría terminar a la misión descrita en su momento por los presidentes estadounidenses Clinton y Bush hijo.

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