El ministerio ruso de Relaciones Exteriores exhortó a las instancias internacionales que operan en Kosovo a evitar que esa región se convierta en campo de entrenamiento para los provocadores que operan en Siria.

Una delegación de la oposición siria viajó a Kosovo, en abril de 2012, para la firma oficial de un acuerdo de intercambio de experiencias en materia de guerrilla antigubernamental.

Según el ministerio ruso de Relaciones Exteriores, en las conversaciones con dicha delegación no sólo se habló de los medios necesarios para organizar la lucha contra las autoridades sirias sino que también se abordó la formación de militantes sirios en Kosovo.

«Se ha previsto utilizar las zonas (de Kosovo) que se parecen al terreno en Siria. También se está discutiendo la posibilidad de crear campos de entrenamiento en las antiguas bases del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK)».

«Transformar Kosovo en un campo internacional de entrenamiento para los militantes armados puede convertirse en un grave factor desestabilizador que puede extenderse hasta más allá de los Balcanes (…) exhortamos a los organismos internacionales que operan en Kosovo a adoptar todas las medidas necesarias para impedir esos proyectos».

A finales de los años 1990, la milicia étnico-confesional albanesa designada como UCK había desencadenado una guerra separatista contra el gobierno del presidente Slobodan Milosevic.

Las represalias militares del Estado yugoslavo contra las acciones terroristas organizadas por el UCK sirvieron de pretexto para la primera intervención militar “humanitaria” de la historia de la OTAN.

Después de la caída del Estado nacional, el UCK emprendió una política de purificación étnica en Kosovo así como una metódica campaña de destrucción de iglesias y de monasterios ortodoxos.

Los hombres del Ejército de Liberación de Kosovo se presentaban como musulmanes sunitas, pero se habían especializado en el proxenetismo como medio de financiar sus operaciones. Luego diversificaron sus actividades delictivas dedicándose también al tráfico de heroína e incluso al tráfico de órganos humanos.
Aunque el fiscal nacional antimafia de Italia, Alberto Mariati, confirmó que «el UCK estaba vinculado a la mafia de Nápoles –la Camorra– y a la mafia de Apulia», el padrino de la mafia kosovar y dirigente del ala política del UCK Hashim Thaci ocupa hoy el puesto de primer ministro de Kosovo.  [1]

El fulgurante éxito del UCK y de sus dirigentes se debe al hecho que, desde su creación en 1996, esa organización armada estuvo bajo el control directo de los servicios secretos alemanes y de la mismísima OTAN que los había entrenado en campamentos situados en Turquía y Albania. [2]

En aquel entonces, los occidentales y el UCK lograron neutralizar políticamente a la mayoría musulmana de Kosovo mediante la marginalización del líder pacifista kosovar Ibrahim Rugova y el asesinato del moderado Ahmet Krasniqi.

En este momento, como ya hizo anteriormente en Afganistán, Chechenia, Yugoslavia y Libia, la OTAN está utilizando sistemáticamente en Siria a supuestos islamistas para explotar el Islam a favor de la protección de sus propios intereses.

[1«Le gouvernement kosovar et le crime organisé», por Jurgen Roth, Réseau Voltaire, 8 de abril de 2008.

[2«L’UÇK, une armée kosovare sous encadrement allemand», Réseau Voltaire, 15 de abril de 1999.