Con uñas y dientes, motejando de “subjetivas” las amplias razones que esgrimió nuestro formidable abogado defensor, Guillermo Olivera Díaz, para impugnarlos en: Recusación contra vocal Jorge Barreto http://www.voltairenet.org/Recusacion-contra-vocal-Jorge?var_mode=calcul, los otros dos magistrados, Jorge Egoavil Abad y Flor de María Poma Valdivieso, se aferran a un caso -¡otro más!- interpuesto por supuesta difamación agravada contra este periodista por la empresita concesionaria del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, Lima Airport Partners, LAP.

La audiencia pública se llevó a cabo ayer por la mañana en la 3era Sala Penal para reos libres en la Av. Abancay. Lo que debió ser una simple inhibición de los vocales se convirtió en una larga, tediosa y hasta teatral espera meditabunda y hasta abuso contra la inocente cámara filmadora Sony que llevé para registrar las incidencias del episodio.

El presidente de la sala, Jorge Egoavil, casi saltó hasta el techo cuando me vio cámara en mano dispuesto a grabar la audiencia pública. Se me acercó una asistente, me reclamaron por el permiso -¿cuál?- para usar el dispositivo y prácticamente confiscaron el aparato. ¿Esconden algo los vocales como para perder los estribos cuando un periodista desea guardar apunte fílmico de la audiencia? Así preguntó el doctor Olivera recibiendo por toda respuesta un sepulcral silencio.

Los vocales Egoavil, Barreto –que parecía no estar en el asunto o así aparentaba con estudiada y astuta calma- y Poma, cambiaban ideas por un largo período de hasta 15 ó 20 minutos y rechazaron la recusación por su contenido “subjetivo”. Ante la protesta enérgica de Olivera Díaz le pidieron que hiciera el reclamo por escrito.

Por la empresa perseguidora de periodistas, Lima Airport Partners, LAP, no se presentó el Dr. Prescripción Luis Vargas Valdivia, sino otro comisionado que repitió la monserga de un pretendido concurso de delitos atribuidos al periodista Mujica.

Con pedagógico método, Olivera Díaz, hizo añicos al trebejo de LAP y le instó a leer bien y completamente lo dispuesto en el Código Penal en lo referido a prescripciones. Es más, puntualizó con categórica recensión citando la propia querella de los denunciantes, cómo es que ellos habían aludido a un supuesto delito de difamación -¡uno solo y no un concurso real de varios!- y para el cual citan hasta cuatro ocurrencias. La especie, inventada por el ausente Vargas Valdivia de la sumatoria de años por un supuesto concurso de delitos quedó refutada. En un concurso real de ilícitos cada uno de ellos prescribe separadamente; no hay sumatoria de penas. Rige el artículo 80 y no el 50 del Código Penal.

Olivera Díaz subrayó que la prescripción establecida luego de un severo y estricto estudio por el juez Sánchez de primera instancia debía ser confirmada por los vocales Egoavil, Poma y Barreto.

La vía crucis la sufrió la cámara Sony de la que afirmaron en la 3era Sala que estaba en la puerta número 4 del edificio de la Av. Abancay ¡donde no la encontré! Retornamos a indagar y dispuestos a yugular cualquier abuso hechizo al 4to piso, y nos dijeron que en la puerta número 1 recuperaría mi querida y veterana cámara y allí por fin la encontramos. La fidelísima filmadora Sony que ha paseado su capacidad y calidad por varios países del mundo y provincias del interior del Perú, siempre dando la nota eficiente, estuvo detenida por manos miedosas durante unas dos horas. ¡Vaya desquite que tuvo pagar el artefacto!

Los vocales recusados, afirmó el doctor Guillermo Olivera Díaz, fueron por lana y salieron trasquilados. Sólo tienen el decente camino de confirmar la prescripción. Amén.

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