La prensa occidental describe al Ejército “Sirio Libre” como una organización conservadora sunnita, en oposición a al-Qaeda (y a su rama local, el Frente de Apoyo al Pueblo del Levante), que supuestamente sería la única organización extremista en Siria.

Pero esa presentación es falsa. En primer lugar porque varios líderes del Ejercito “Sirio Libre” ya eran conocidos desde hace mucho tiempo como responsables de al-Qaeda. Es por lo tanto imposible separar completamente a las dos organizaciones entre sí. El Ejército “Sirio Libre” reconoce además como su líder espiritual al jeque Adnan al-Arour, cuyo programa es abiertamente takfirista, ya que pretende “purificar” la comunidad musulmana y expulsar de Siria o matar a los no musulmanes.

Al armar y financiar el movimiento takfirista, la OTAN y el Consejo de Cooperación del Golfo pretenden provocar en Siria una guerra de carácter confesional que permitiría a las potencias coloniales sembrar la división en el Medio Oriente ampliado para incrementar así sus propias posibilidades de vencer… y de reinar sobre esa región del mundo. Ese proyecto político, conocido como “rediseño del Medio Oriente ampliado”, viene a cristalizarse en Siria porque la civilización siria es portadora precisamente de un esquema exactamente opuesto en el que las instituciones laicas ya garantizan la libertad de culto y favorecen la cooperación entre las diferentes religiones.

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