La Corte Internacional de Derechos Humanos (Corte IDH), en su sentencia de 14-3-2001, sobre el caso Barrios Altos, no declaró INADMISIBLE la amnistía del grupo Colina y demás copartícipes, por odio, venganza, caviarismo ¿la poblaban caviares el año 2001) o por las puras alverjas, sino porque el ilícito que la motivaba violaba gravemente los derechos humanos de 15 víctimas, cuyos victimarios fueron amnistiados, o sea, perdonados a priori, y porque tal violación la constituían crímenes de lesa humanidad.

No importó que la ilícita amnistía se diera por ley formal del Congreso y promulgada por el Ejecutivo, cuyo presidente Fujimori se autoamnistiaba. Esta norma antijurídica carece de efectos jurídicos si busca impunidad frente a graves crímenes, pese a ser aprobada por el Congreso peruano en virtud de sus facultades constitucionales. Así lo declaró esta corte supranacional, en fallo definitivo e inapelable.

Del mismo modo, la Corte IDH estará, dentro de la supervisión de cumplimiento de su citado fallo, contra un indulto ilegal, arbitrario, delictivo y arreglado, en clarísima connivencia político-partidaria de Alberto Fujimori y otros más, concedido por resolución suprema que rubrique el presidente Humala, que se pretende disfrazar de humanitario, no obstante el condenado lo ha sido por esos mismos crímenes de lesa humanidad de las mismas 15 víctimas y no adolece de ninguna de estas 3 situaciones:
a) enfermedad terminal (cáncer cercano a la muerte);
b) enfermedad no terminal grave, avanzada y degenerativa; o
c) enfermedad mental crónica (caso del loco de verdad).

A los 2 supuestos últimos se deben añadir “condiciones carcelarias” que pongan en peligro la vida o la salud del beneficiario, que con desenfado y apoyo familiar publicita su enfermedad para manipular a la opinión pública. ¡Sigue, pues, Alberto Fujimori con su índole ennegrecida, perversa, desalmada y cínica y esta sí degenerativa hasta el tuétano! ¡Y sus hijos Keiko y Kenji hacen el necesario coro que la prensa amplifica!

Alberto Fujimori, antes, el año 1995, disfrazó su propia amnistía mediante dos leyes del Congreso que manejaba a su antojo; ahora pretende disfrazar su indulto de humanitario: ¿porque maneja al presidente Humala, a su partido dizque nacionalista y a la codiciosa Nadine Heredia que humilla en público a su esposo (en ASPA), por alguna prebenda vil pero invisible? ¡Desventurosamente, el Perú vive la miseria de los citados seres humanos!