La Hermandad Musulmana ha organizado una gran manifestación en Amman, capital de Jordania el 5 de octubre de 2012, justo después, a la salida de la tradicional plegaria (oración-rezo) que los musulmanes efectúan todos los viernes en la mezquita.
La manifestación que tenía por objetivo exigir una evolución de la monarquía gobernante, pero de pronto se transformó en un grito popular e inicio de una insurrección, con un grito ya clásico y conocido: «¡El pueblo quiere derrocar al régimen!»

La cofradía de los Hermanos Musulmanes cree que tiene el apoyo de Washington para obtener y acceder al poder en Jordania, país gobernado por un rey (Abdalá II) de Jordania, y esto con o sin el consentimiento del mismo rey, —ya que la Hermandad Musulmana como también se le suele llamar— se ha comprometido a no cuestionar la paz por separado entre Egipto e Israel y a apoyar el capitalismo neoliberal. La Hermandad Musulmana ya está en el poder en Marruecos, Túnez, Libia, Egipto y Gaza.

Consciente del problema que se está gestando en su tierras, el rey Abdallá II anunció un día antes la disolución del Parlamento y elecciones legislativas anticipadas, aunque sin precisar la fecha. Durante la manifestación, los Hermanos Musulmanes rechazaron la oferta del rey y declararon que continuarían boicoteando el proceso electoral. No se sabe hasta ahora el verdadero apoyo que la cofradía cuenta dentro de la población. El día domingo, el rey tomó una segunda iniciativa con el establecimiento de un Tribunal Constitucional.

Algunos estrategas de Washington y Tel Aviv apoyan al líder del movimiento Hamas, es decir al musulmán Khaled Meshaal quien dirigió la filial jordana de la Hermandad Musulmana para propulsarlo a la cabeza del país que sería reconocido entonces como Estado palestino.