El actual gobierno de Francia no hace más que proseguir la política del anterior y se halla sometido, de la misma manera, al imperialismo estadounidense, haciendo así el papel de simple y obediente correa de transmisión.

«Elegido» presidente de la República, Francois Hollande emprendió de inmediato un combate político e ideológico en contra de Francia, de su independencia y de sus valores republicanos.

Al elogiar la obra de Jules Ferry, Hollande se apresuró a rehabilitar el colonialismo, rebautizado hoy como «derecho de injerencia humanitaria». También legitima por demás todas las formas de colaboración con el extranjero al estimar que «el Estado francés», modalidad de Estado que se puso al servicio de los nazis en la Francia ocupada, de 1940 a 1945, seguía representando a Francia [1].

Su política interna es continuación de la anterior política de sometimiento de nuestro pueblo a una deuda virtual que genera intereses insoportables, que ya se elevan a unos 3 000 euros anuales por cada francés, incluyendo a los niños. El pago de los intereses de esa deuda es el principal recurso de un sistema bancario que se halla enteramente al servicio de los intereses de Estados Unidos y de la moneda de ese país.

[Hollande] prosigue la política de desindustrialización masiva de nuestro país al ofrecer todas las posibilidades legales de deslocalización a las grandes industrias que en el pasado aportaron prosperidad a nuestra nación, y hunde así cada vez más a los trabajadores en el desempleo, la pobreza y la desesperanza.

Su política no hace más que seguir fielmente la de Estados Unidos, una política que reanuda las operaciones militares puramente colonialistas en África y el Medio Oriente, operaciones militares a las que el general De Gaulle supo poner fin en su momento, en interés de la propia Francia. Esa política exterior cobarde y criminal consiste en financiar, armar y entrenar grupos que proclaman el islamismo, grupos creados por Estados Unidos y bautizados por ese país con la denominación de al-Qaeda. Esos grupos armados extremadamente violentos han cometido los más horribles crímenes en Libia. En Siria, esos mismos grupos armados por Francia, por los países europeos sometidos a Estados Unidos y por las peores dictaduras monárquicas de la Península Arábiga, están perpetrando las mismas masacres masivas y agrediendo a sangre y fuego un país soberano.

Para los franceses amantes del derecho y la justicia ¡esto es demasiado!

 Es urgente restablecer la soberanía de la Nación negando nuestro
reconocimiento a los tratados abusivos y a las instituciones supranacionales de la Unión Europea.

 Es urgente que recuperemos nuestra moneda para ponernos a salvo de una deuda que de ninguna manera hemos contraído.

 Es urgente que salgamos de la OTAN para que nuestro pueblo recupere su ejército nacional, al que un grupo de traidores ha puesto bajo las órdenes de una potencia extranjera hostil.

Franceses, es hora de tomar conciencia de que la patria está en peligro y de que el mundo está en peligro. Ninguno de los grandes partidos representados en la Asamblea Nacional asume ya la defensa de Francia. Se han derrumbado los pilares históricos, comunistas y gaullistas, que siempre defendieron la soberanía francesa.

La Red Voltaire Francia se compromete a enarbolar nuevamente la bandera de Francia.

La Red Voltaire Francia se compromete a luchar por:

 Restablecer la independencia de Francia con la unidad de su pueblo, sin importar la religión de cada cual, sus convicciones y, sobre todo, independientemente de su horizonte político, ya sea de derecha o de izquierda.

 Restaurar la República y los valores republicanos conforme a los ideales de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.

 Imponer el respeto del derecho internacional definido en la Carta de la ONU, que garantiza la independencia de las naciones, y reafirmado por la Declaración de Bandung.

Estatutos de la asociación Red Voltaire Francia (Documento en francés)

[1«Francia, según Francois Hollande», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 31 de julio de 2012.