Resulta que antes de la elección presidencial –que la mayoría de los consejeros (ya no ciudadanos) del Instituto Federal Electoral (IFE) y con los siete magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (que incluye a la Suprema Corte) avalaron–, un comentarista y conductor del programa Cadena Tres Noticias y autor de una columna fue despedido, tras haber criticado a Peña y al Partido Revolucionario Institucional y manifestado sus elogios a la entonces candidata del Partido Acción Nacional, Josefina Vázquez Mota.

La empresa Excélsior, un diario al servicio de los intereses de Olegario Vázquez Raña (otro de los imperios económicos que se expandieron desde el salinismo, juzgó inquisitorialmente a Pedro Ferriz de Con. “La caracterización que hizo Ferriz de Con de quien antes de la elección las encuestas ya presentaban como el ganador de la elección del 1 de julio se puede escuchar en el video de una conferencia del conductor, y es concluyente. Para Ferriz, Enrique Peña Nieto es un ignorante, un hombre que pertenece a un sistema político que está acostumbrado a robar. Los colaboradores del hombre de Atlacomulco, lugar de donde han salido grandes sátrapas, todos se han hecho millonarios en el sistema político mexicano. Ferriz, también caracteriza a Arturo Montiel, exgobernador del Estado de México y padrino de Peña, como a un hombre que no se robó al estado porque no le cupo en la cartera”. Esta cita es de la columna Agenda Ciudadana, titulada “Libertad de opinión”, de Lorenzo Meyer (Reforma, 26 de julio de 2012).

El periódico Reporte Índigo informó y concluyó que el caso de Ferriz de Con ha sido el primer despeñado. Ferriz lo mismo criticaba a Peña que a López Obrador, pero ejercía su derecho a discrepar y criticar conforme a las libertades de expresión. Quizá Excélsior, para quedar como tapete del peñismo, decidió cesar a su colaborador. Indudablemente Peña –a quien encuestadoras y agencias de publicidad dieron por triunfador antes de las elecciones, engañando a los electores y hasta predisponiéndolos, con la complicidad del IFE y los siete enanos del Tribunal Electoral– dice que se deslindó de la censura y el despido de Pedro Ferriz. No tenía por qué dar explicación, pero algo –o mucho– tuvo que ver para que Vázquez Raña cortara esa cabeza y la ofreciera a quien no es dado a soportar la crítica, acostumbrado a que los medios de comunicación de la oligarquía únicamente lo elogien, encabezados por Televisa y los López Dóriga que, antes del IFE y del Tribunal Electoral, lo eligieron, y a los que Peña concedió senadurías y diputaciones en lo que se conoce como la “telebancada”.

Continúa el presidencialismo autoritario. Y ahora escoltado con un militarismo en las calles con visos de golpismo. Esto ha permitido la embestida al periodismo que resuelve informar sin ninguna censura y que critica los actos de funcionarios y servidores públicos, desmitificando el gobierno de los hombres que, en nuestro país, ondea ese machismo político que se personifica en el presidente de la República en turno. Peña no ha sido investido constitucionalmente por el IFE como quien mayor cantidad de votos tuvo (con la ayuda de las encuestas, comerciantes, banqueros y el gobierno mexiquense). Cuando aceptó el servilismo de Excélsior al despedir a Ferriz de Con por haberlo criticado, el peñismo se inauguró como el sexenio de Calderón, quien al inicio de su mandato sacó del aire el noticiero de Gutiérrez Vivó porque éste concedía entrevistas a López Obrador; y a la fecha ha impedido que el Grupo Radio Centro cumpla con el laudo internacional que sancionó a los Aguirre al pago de más de 30 millones de dólares.

Excélsior es un periódico al servicio de las empresas de Vázquez Raña. Y no está en cuestión si tiene o no derecho para, laboralmente, quitar de sus páginas y frecuencia televisiva a alguno de sus empleados, pero en el caso de Ferriz de Con, para imponerle la censura. Lo despidió al haber expresado su análisis contra Peña. “Independientemente de que se simpatice o no con Ferriz de Con, lo que ha sucedido resulta inaceptable. Si finalmente el político mexiquense asume la Presidencia [de la República], entonces el caso Ferriz deberá interpretarse como un presagio de lo que está por venir”, escribió el historiador Lorenzo Meyer, a quien Carlos Marín, de Milenio, trató de perseguir judicialmente en un acto de censura.

Por lo pronto, pues, tenemos a Peña Nieto (y a su ejecutor para ablandar periodistas, David López) ya con su primera barbarie contra las libertades de escribir y publicar e incluso de ejercer estas libertades en los medios de comunicación audiovisual.

Fuente
Contralínea (México)