¿Sólo en Argentina se metieron los del Movadef a las dependencias diplomáticas peruanas? Sospecho que no es así, en México también ha ocurrido. No obstante, para algunos, sería suficiente la renuncia del ex embajador Nicolás Lynch y, de ese modo, aquietar las turbulentas aguas de un manejo en Relaciones Exteriores bastante mediocre, ocultador de factos y circunstancias que la salud democrática del Perú exige y demanda la ciudadanía esclarecer.
Importante recordar que la Nación tiene una Carta Magna y dos artículos fundamentales que no pueden olvidarse o manipularse bajo ningún punto de vista. Estos son:
Artículo 38°.- Todos los peruanos tienen el deber de honrar al Perú y de proteger los intereses nacionales, así como de respetar, cumplir y defender la Constitución y el ordenamiento jurídico de la Nación.
Artículo 118°.- Corresponde al Presidente de la República:
10) Dirigir la política exterior y las relaciones internacionales; y celebrar y ratificar tratados.
Por tanto, no hay ningún peruano exceptuado de cumplir con lo que preceptúa la Constitución como obligatorio y eso es mandato para todos, incluidos los embajadores políticos o de carrera.
Además el Presidente de la República dirige la política exterior y para eso el organismo de línea, el ministerio de Relaciones Exteriores, contribuye con su experiencia y sabiduría, si la tiene, tema controvertido a tenor de las continuas fallas y deficiencias mostradas desde hace muchos meses en asuntos que se pretenden esconder al pueblo peruano.
Ni el Congreso o Comisión alguna de éste o sucedánea de otro país o Senado, reemplazan al presidente y a la Cancillería. Lo que parece una verdad de Perogrullo parecen desconocerlo quienes están promoviendo pronunciamientos sobre un caso que el Perú ventila con Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Subrayadas las premisas fundamentales a que ningún peruano puede hacer acto expreso o tácito de desobediencia, vamos al tema tan conflictivo y que no ocurrió sólo en Buenos Aires, Argentina y que precipitó la renuncia de Lynch quien, a todas luces, tuvo un manejo bastante torpe en su legación diplomática. Si comunicó en marzo el intríngulis ¿qué hicieron Torre Tagle y el canciller Roncagliolo para enfrentar el asunto? Hasta hoy nadie sabe nada de nada.
¿Sólo en Argentina? No parece haber sido así.
Hay otro caso, el de México. ¿Es cierto que dos ministros consejeros permitieron el ingreso de integrantes del Movadef, mientras que los agregados PNP, sólo filmaron la ocurrencia, sin protesta alguna y con autorización de sus superiores en la embajada en Ciudad de México?
Otro diplomático afirma haber dado indicaciones terminantes de que no dejaran pasar a nadie pero que cuando él llegó, ya estaban adentro estos individuos.
¿Se ha preguntado a la embajadora Elizabeth Astete sobre este enojoso particular? ¿Informaron a Lima sobre el asunto? ¿qué hicieron? ¿hay que ocultar la pusilanimidad de los responsables y la sanción a que se han hecho acreedores por incumplir la defensa de la Patria?
Si se confirmara el suceso acontecido en la legación diplomática peruana en México DF., merced al testimonio público de los diplomáticos concernidos y se comprobara la existencia de vídeos que registran el hecho y que se avisó a Lima y se envió el material fílmico ¡y Cancillería NO HIZO NADA!, es evidente que estamos ante un asunto de inaceptable falta de destreza mayúscula y que hay quienes tienen que irse a su casa ¡de una buena vez!
La embajada del Perú no sólo fue invadida por integrantes del Movadef también fue embanderada por estos sujetos haciendo escarnio de las expresiones clarísimas del presidente Humala y su rechazo rotundo del terrorismo que estos representan. ¿Por causa de qué los funcionarios no son identificados y sancionados en México y en Lima? ¿Es todo esto secreto de Estado, por verguenza o por ineficiencia?
La política exterior del Perú ¡es una sola! Y todos están constreñidos a su cumplimiento, comenzando con los embajadores y todo el resto del escalafón. Quien o quienes no lo hagan así, incurren en traición a la Patria. Tan simple como esto.
Parafraseando al inmortal poeta Vallejo, colegas y conciudadanos aún hay mucho que informar. ¿Qué esperan?
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