El presidente Bachar al-Assad no dejó en manos de la casualidad la selección del momento en que propuso su plan para poner fin a la crisis. La proposición coincidió, en primer lugar, con las sucesivas derrotas de los grupos armados, derrotas que han destruido las ilusiones de Estados Unidos y de sus auxiliares europeos y árabes al desbaratar todos sus cálculos. Pero también coincide con los informes sobre una próxima reunión ruso-estadounidense, a mediados de enero, con vista a una discusión sobre los resultados de la última visita realizada a Siria por el emisario internacional Lakhdar Brahimi. Este último ya había oído, de boca del propio presidente Assad, los principales elementos del plan que este último desarrolló posteriormente –el domingo 6 de enero de 2013– en la Casa de la Cultura y las Artes durante un discurso que se transmitió en vivo y en presencia de cientos de partidarios entusiastas. Entre los principios inalienables incluidos en ese plan se encuentra, en primer lugar, el que estipula que la soberanía y la independencia política de Siria no son negociables. Por lo tanto, Damasco no aceptará ninguna condición impuesta desde el exterior, cualquier solución tendrá que reflejar la voluntad de los sirios y no habrá diálogo con los terroristas.

En su primera alocución desde el 3 de junio de 2012, el presidente Assad se mostró inflexible al asegurar que el actual conflicto no es un enfrentamiento entre el poder y la oposición sino entre «la patria y sus enemigos», que tratan de dividirla y debilitarla. Luego de señalar no haber encontrado hasta ahora ningún «interlocutor» y de rechazar la negociación con «pandillas que reciben órdenes del extranjero», el presidente Assad propuso un plan en 3 etapas. Pero antes de emprender cualquier diálogo, los países que financian a los «terroristas» tendrán que «comprometerse a parar» y «los elementos armados» tendrán que poner fin a sus «operaciones terroristas», precisó el presidente Assad, quien denunció además «un estado de guerra en todos los sentidos de la palabra».

Sólo cuando existan compromisos en ese sentido, el ejército pondrá inmediatamente fin a sus operaciones aunque, agregó, «conservando el derecho de respuesta».

Sólo en esas condiciones se abrirá «una conferencia de diálogo nacional», prosiguió el presidente sirio. Esa conferencia debe redactar una «Carta Nacional» que será sometida a un referéndum mientras que un nuevo parlamento y un nuevo gobierno saldrán de las urnas. Al referirse a la realización de elecciones, insistió además en que toda transición tendrá que «implementarse según los términos de la Constitución».

El plan Assad prevé por lo tanto 3 etapas, que el gobierno presentará próximamente de forma oficial para que sean incluidas en una «Carta Nacional», que será redactada con la participación de todas las partes, antes de ser sometida a un referéndum:

Etapa 1: Los países que arman a los terroristas se comprometen a dejar de financiarlos. Cese de las operaciones «terroristas» para permitir el regreso de los refugiados. De inmediato, el ejército sirio pone fin a sus operaciones, conservando sin embargo un derecho de respuesta en caso de amenaza contra la seguridad nacional. Creación de un mecanismo capaz de verificar el cumplimiento de los compromisos de las partes, sobre todo en lo tocante al control de las fronteras.

Etapa 2: Realización, bajo la égida del gobierno, de una conferencia de diálogo nacional en la que participarán todas las fuerzas, redacción de una Carta Nacional en defensa de la soberanía de Siria, de su unidad y su integridad territorial y en rechazo de la injerencia, del terrorismo y la violencia. Esa Carta Nacional será sometida a un referéndum. Organización de elecciones legislativas seguidas de la formación de un gobierno ampliado con presencia de todos los componentes de la sociedad, conforme a la Constitución, gobierno que se encargará de garantizar la aplicación de la Carta Nacional.

Etapa 3: Formación de un gobierno conforme a la Constitución, realización de una conferencia nacional de reconciliación y amnistía general para todas las personas detenidas debido a los actuales acontecimientos, reconstrucción de la infraestructura.

Como el presidente Assad lo había previsto, la autoproclamada oposición representada por la Coalición Nacional Siria dio a conocer de inmediato su rechazo a ese plan y acusó al jefe del Estado sirio de querer seleccionar sus interlocutores y de tratar de mantenerse en el poder. El vocero de la Coalición, Walid al-Bounni, afirmó a la AFP –en Beirut– que la oposición quería «una solución política, pero el objetivo de los sirios es sacar [al señor Assad]».

Pero el presidente Assad ya había declarado que, de todas formas, el plan no está dirigido a «quienes van a rechazarlo de entrada sino a los verdaderos patriotas que respetan el interés de Siria».

«De nada sirve discutir con quienes reciben órdenes del extranjero. Más vale hablar directamente con el amo, no con el esclavo», había subrayado Assad en su discurso del domingo.

La iniciativa del presidente Assad se produce en momentos en que Estados Unidos parece haberse resignado a aceptar el fracaso de todas las presiones, sanciones y ofensivas militares destinadas a obtener la partida del jefe del Estado sirio. El 29 de diciembre, Rusia había señalado que Assad tenía intenciones de cumplir su actual mandato.

Durante su visita a Damasco, a finales de diciembre de 2012, Lakhdar Brahimi había mencionado un plan «basado en la declaración de Ginebra» que incluía un cese al fuego, la formación de un gobierno dotado de plenos poderes y la realización de elecciones. La declaración de Ginebra, que data de junio 2012, preveía la formación de un gobierno de transición pero no mencionaba la salida de Assad.

Brahimi estimó que se trataba de un plan aceptable para la comunidad internacional. Damasco reaccionó pronunciándose a favor de toda iniciativa basada en el diálogo.

Luego de varios encuentros en Moscú y Washington y de varias giras de Brahimi, se intensifican ahora los contactos diplomáticos en la región.

Riad y El Cairo han llamado a «una salida pacífica» cuyos términos deben ser definidos por los propios sirios. Por su parte, el jefe de la diplomacia iraní viaja el 9 de enero al Cairo para reunirse con los egipcios y con Brahimi.

Toda esta actividad diplomática se desarrolla mientras que, en el terreno, el Ejército Árabe Sirio ha registrado importantes éxitos en las regiones de Daraya, Moadhmiya y en el este de la región de Ghouta, donde han resultado muertos cientos de elementos armados, entre los que se encuentran numerosos combatientes extranjeros. La supuesta «ofensiva para la liberación de Damasco», emprendida a fines de noviembre, se transformó en un nuevo desastre para los rebeldes armados, que han perdido miles de hombres sin lograr el menor éxito en el campo de batalla.

En la región de Alepo se han estabilizado las líneas del frente. El ejército sirio está recuperando poco a poco el control de los barrios de esa gran metrópoli que aún se mantenían en manos de los elementos de al-Qaeda que conforman el Frente al-Nosra. Lo mismo sucede en Homs, donde los últimos rebeldes están totalmente cercados en un pequeño reducto.

Fuente
New Orient News ">New Orient News