La Comisión del Senado estadounidense a cargo de los servicios de inteligencia ha decidido interrumpir su investigación sobre el papel de la CIA en la confección de la película Zero Dark Thirty.

El largometraje describe la persecución contra Osama ben Laden y muestra cómo este fue localizado gracias a la información que la CIA obtuvo recurriendo a la tortura [1]. A pesar de haber logrado varias nominaciones en los recientes premios Oscar, Zero Dark Thirty no resultó recompensado debido a las protestas de varios artistas que expresaron su indignación ante lo que consideraron como una apología de la tortura.

En diciembre de 2012, los senadores Dianne Feinstein, Carl Levin y John McCain se dirigieron por escrito al director interino de la CIA, Mike Morel, solicitándole explicaciones sobre la implicación de la agencia estadounidense de espionaje en la confección del largometraje.

Los senadores también habían solicitado a Morell que precisara si las informaciones arrancadas bajo la tortura habían tenido algún tipo de utilidad en la búsqueda de Ben Laden y, en caso de respuesta afirmativa, cuáles fueron esas informaciones.

Según pudo comprobarse, el director interino de la CIA Mike Morell se reunió con la realizadora Kathryn Bigelow y con el guionista Mark Boal en mayo de 2011, justo después del anuncio oficial de la muerte de Ben Laden. Pero no se ha podido precisar si la CIA se limitó a sugerir la realización del filme o si también lo financió.

La realizadora Kathryn Bigelow y el guionista Mark Boal ya habían trabajado juntos en la realización de otro filme de propaganda, The Hurt Locker, sobre fuerzas terrestres estadounidenses.

La CIA no ha respondido hasta ahora a la pregunta sobre las fuentes de información utilizadas durante la búsqueda de Ben Laden. Nada permite, por lo tanto, afirmar aún que el uso de la tortura fue de alguna utilidad en este caso, considerado como un tema vinculado a la seguridad nacional de Estados Unidos.

Los tres senadores anteriormente mencionados escribieron también a Sony Pictures Entertainment, la empresa distribuidora del largometraje, solicitándole que publicara un comunicado que debía precisar que el filme no refleja hechos reales. Pero Sony se ha negado a hacerlo, afirmando únicamente que Zero Dark Thirty es una obra de ficción que resume y simplifica 10 años de persecución en 2 horas y 27 minutos.

Por otro lado, el mismo Comité del Senado estadounidense a cargo de la actividad de los servicios de inteligencia ha renunciado a investigar la implicación de la CIA en la confección del largometraje Argo.

[1Sobre la supuesta muerte de Osama ben Laden en diciembre de 2001 y las escenificaciones ulteriores, ver: «Reflexiones sobre el anuncio oficial de la muerte de Osama ben Laden», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 9 mayo de 2011.