El encuentro, que reunió a cancilleres y representantes de las naciones que forman el pacto, centró su atención en aspectos trascendentes que han caracterizado el más reciente devenir del Sur del Hemisferio, así como en temas relativos a la consolidación del SUCRE, la unidad de intercambio común denominada Sistema Unitario de Compensación Regional, que pretende eliminar la dependencia financiera de nuestros pueblos con respecto a las tituladas monedas fuertes que dominan hasta hoy la economía global.

Entre los presentes fue un elemento de satisfacción constatar la victoria electoral de Rafael Correa para extender su mandato al frente de Ecuador, así como la designación de Raúl Castro al frente del gobierno cubano por otros cinco años.

Además, la reunión saludó especialmente la presencia en Venezuela del presidente Hugo Chávez para proseguir con el tratamiento médico indicado en Cuba luego de una difícil y complicada intervención quirúrgica a tono con la dolencia que le aqueja, a la vez que rechazó la campaña mediática de las fuerzas reaccionarias internacionales y locales para intentar utilizar la enfermedad del mandatario como instrumento desestabilizador contra la Revolución Bolivariana.

El Consejo Político del ALBA reiteró en ese sentido su solidaridad con el pueblo venezolano y con su presidente, que libra una enconada batalla por su vida apoyado por el cariño y el respeto de sus conciudadanos y de los amigos de todo el orbe.

En materia económica, se dio a conocer además que
la primera transacción comercial nicaragüense bajo el SUCRE fue la exportación de 500 toneladas métricas de frijol negro, mil 500 toneladas métricas de azúcar a granel y 500 toneladas métricas de aceite refinado de soya.

El SUCRE se basa en la utilización de una moneda virtual para el registro de las operaciones exclusivamente entre los bancos centrales, en tanto que la liquidación local (pagos a exportadores y cobros a importadores) se efectúa con las respectivas monedas nacionales de los países miembros del ALBA.

Según analistas, permite a los firmantes llevar adelante sus operaciones comerciales mutuas con el consecuente ahorro de divisas y apunta a que en el futuro sea ese y no otro, el medio de pago preferente al interior de ese acuerdo de integración, basado en la solidaridad, la complementariedad y la colaboración multifacética.

Se cumplen de esa forma los ideales de unidad que propugnaron para nuestra región sus más importantes próceres, de manera de hacer de América Latina un interlocutor clave a escala internacional, y no una porción del planeta asida a la cola del carro imperialista y condenada eternamente al papel de servidora de intereses ajenos.

Agencia Cubana de Noticias