El indulto al reo Alberto Kenya Fujimori se viene como por un tubo: raudo e imbatible. Para asegurarlo el gobierno del presidente Ollanta Humala Tasso ha contratado a César Nakazaki Servigón, abogado del nipón, y bajo pretextos burocráticos que a nadie engañan salvo a quienes gusta vivir timados. Y de esos hay muchos en el Perú de nuestros días.
La garantía de la corrupción, de que persista el crimen sin castigo, la violación huérfana de punición, el tormento sin cese, la inmoralidad colocada como política de Estado en el gobierno de Humala y para liberar por "razones humanitarias" al reo Kenya Fujimori, la da, ¡qué duda cabe! su mejor y más desvergonzado defensor, César Nakazaki.
¿Cómo se alquilaron los servicios de Nakazaki? La revista Hildebrandt en sus trece dedica las páginas 2 y 3, en su edición de hoy viernes 3 de mayo, a la descripción formal de este trámite administrativo. El ex ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez, elogia a Nakazaki en términos nauseabundos, como si con Nakazaki comenzara en Perú la defensa principista -¿qué principios?- de ex funcionarios. Pero no hay que ser demasiado agudo como para darse cuenta que el gato de despensero sólo abonará la cocción del plato fuerte que el gobierno lanzará en breve: el indulto a Fujimori.
¿La contratación de un notorio servidor rentado del fujimorismo como Nakazaki se hizo por la adjudicación simple de la buena pro y por S/ 75 mil soles? No lo creo. Antes debió pasar por el tamiz y opinión del presidente Humala. Voces hay que susurran que más importante que su parecer, el de su esposa, la señora Nadine Heredia, fue fundamental en este recodo lamentable y proditor de su ejecutoria política. A no pocos ha suscitado sospechas el conocimiento anticipado que aquella demostró sobre el tema de Repsol y Petroperú. Tronchada y desprestigiada la figura presidencial queda en tercer o cuarto plano.
No debería descartarse que mañana sábado el cardenal Juan Luis Cipriani salude campanudamente la "gran reconciliación nacional", como si librar a asesinos vendepatria constituyera un cambio y superación de calidad ciudadana. Tampoco hay que olvidar el posible júbilo del Patrón del Mal que ya contaría con "jurisprudencia sobre el caso" para cuando invoque el indulto a la liberación de miles de narcotraficantes y a las sospechas de su notorio enriquecimiento indebido. Total, en Perú, la corrupción es parte del ADN social, inseparable y congénita, atroz y destructora, y nos acompaña desde la fundación de la República.
Clímax inmoral: Fujimori, Nakazaki, Ollanta
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