Ojalá, los acuciosos en husmear documentos que despiertan fundadas sospechas, me hagan llegar el escurridizo instrumento de la compra, una simple minuta, de 20-8-2012, de una enorme oficina, 3 estacionamientos y un amplio depósito, en el piso 17° de la lujosa torre Omega, frente al Jockey Plaza, del distrito de Surco, Lima, por la ciudadana belga, Eva Rose Fernenbug, madre de Eliane Karp.
¡La extrañamente bondadosa e inversionista octogenaria (frisa en los 86 años) es la suegra del expresidente Alejandro Toledo y gustaba del piso 17 (el último) del edificio!
La compradora, que siempre vivió y reside aún en el extranjero, adquiere los 3 inmuebles, en calidad de bienes futuros, es decir, inexistentes físicamente al momento de la compra, por lo que nunca los pudo ver, palpar, apreciar y evaluar, ya que el edificio donde se iban a ubicar no estaba terminado, además, ella residía en el extranjero. Sin embargo, pagó al contado, uno sobre otro: por la invisible oficina, $ 882,400.00 dólares USA; por los 3 estacionamientos: $ 45,000.00 ; y por el depósito: $ 5,000.00, con 2 cheques de gerencia, un total de $ 932,400.00, según el diario La República. Casi un millón de dólares, o mucho más, si agregamos el impuesto de alcabala, los gastos registrales, notariales y los honorarios del abogado-apoderado, peruano-judío, David Abraham Eskenazi Becerra.
Se trata de la misma suegra del expresidente Toledo que 20 días antes, el 30-7-2012, había adquirido una mansión en Las Casuarinas, por $ 3,750,000.00 dólares USA. Agregue usted la alcabala, los gastos registrales, notariales, del necesario abogado y el precio sobrepasaría los cuatro millones y medio de dólares USA.
¿Secreto bancario sigue misterioso y con candado? Habiéndose pagado el millonario precio de todos estos inmuebles mediante cheques de gerencia de bancos peruanos, cuyos fondos provenían también de fuentes bancarias que el abogado Eskenazi manejaba, según poder por escritura pública otorgado por la suegra de Toledo, cuyo domicilio señalado era la casa de Camacho del expresidente, entonces el levantamiento del secreto bancario deberá comprender a todos los que intervinieron en estas operaciones que la Oficina de Inteligencia Financiera deberá conocer. ¿Habrá dado este paso clave el fiscal penal que abrió la investigación preliminar en trámite? No se sabe nada al respecto, el silencio es sepulcral.
¿Para que estos inmuebles los use luego o usufructúe alguien diferente de la compradora, quién, qué personaje, acaso su hija Eliane y su desempleado yerno, Alejandro Toledo, al estar ella fuera del país, siempre lo estuvo, acaba de prestar declaración ante el cónsul del Perú en San Francisco, Estados Unidos, a petición de un fiscal penal anticorrupción peruano, si la desaparecida compradora, por su avanzada edad, no necesita una megaoficina, con 3 cocheras, y, de remate, pagando el considerable precio al contado cuando aún no existían al momento de la compra y el misterioso pago?
Pronto veremos a los usufructuarios de tan peliaguda operación, si es que tales inmuebles no fuesen incautados, embargados y finalmente rematados, por provenir del delito de lavado de activos que se sospecha cuando un fiscal abre investigación preliminar, hoy, en pleno curso.
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