Irán ha desmantelado una red de espionaje financiada por dos países árabes, probablemente Arabia Saudita y Qatar. La misión de los agentes incluía asesinatos de científicos y de personalidades políticas así como la realización de atentados destinados a perturbar el normal desarrollo del proceso electoral en Irán.

Según la información pública proporcionada por el ministerio competente: «El jefe de la red había sido reclutado hace varios años por los servicios de espionaje del país árabe más retrógrado, que en nada puede compararse con el Irán independiente y poderoso, ni en el plano político, ni en el plano militar, económico o cultural. No resulta sorprendente que ese país, con el apoyo de Occidente y del régimen sionista, se dedique a ese tipo de actos contra Irán.»

Para Alaeddin Borudjerdi, presidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní, «Qatar está haciendo un papel devastador en los acontecimientos regionales (…) Irán no negocia con nadie su seguridad nacional. En los últimos años, la República Islámica de Irán ha logrado desbaratar los complots de Estados Unidos y de Gran Bretaña y es ciertamente capaz de neutralizar las conspiraciones de Qatar, mucho menos poderoso que esas dos grandes potencias».

El ministerio iraní de Relaciones Exteriores convocó al embajador de Qatar, quien –en su ausencia– fue representado por el encargado de negocios, a quien Irán expresó su más enérgica protesta. Según la información de que disponemos, el encargado de negocios de Qatar presentó disculpas y trató de negociar la seguridad del emirato.