El hasta ahora inamovible primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, presentó su dimisión al Gran Duque luego de 7 horas de debate en la Cámara de diputados. Se espera la rápida convocación de elecciones legislativas anticipadas en el Gran Ducado.

El demócrata cristiano Jean-Claude Juncker se vio abandonado por sus aliados socialistas durante el examen, el 10 de julio de 2013, de su papel como primer ministro en el manejo de los servicios secretos a raíz de la publicación, el 5 de julio, del Informe de la Comisión Investigadora sobre el Servicio de Inteligencia del Estado (SREL, siglas en francés.)

Los parlamentarios fingieron creer que la red stay-behind designada bajo el nombre de Gladio fue efectivamente disuelta en 1990 y que las ulteriores acciones del SREL no son más que una deriva que se puede atribuir a una mala supervisión de ese servicio por parte del primer ministro.

Este último, por su parte, al no poder reconocer abiertamente que la red secreta creada por la OTAN a fines de la Segunda Guerra Mundial no ha dejado de existir, no tuvo otra salida que defenderse afirmando que sus responsabilidades en el seno del Eurogrupo no le permitieron dedicar la debida atención al control del servicio de inteligencia del Gran Ducado.

Esa versión del señor Juncker queda desmentida por el hecho que él mismo se las arregló para infiltrar a su chofer en el SERL para disponer así de información directa sobre el funcionamiento de ese servicio de inteligencia.

Ver sobre el mismo tema:
 «Luxemburgo: Jean-Claude Juncker se negó a tener que dimitir por causa del Gladio», Red Voltaire, 10 de julio der 2013.
 «La guerra secreta en Luxemburgo», por Daniele Ganser, Red Voltaire, 2 de agosto de 2013.