El proyecto de Resolución sobre Siria promovido por Reino Unido autoriza el inicio de una operación militar contra las fuerzas del presidente Asad. El borrador del documento ha sido remitido a los gobiernos de los países que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU para su estudio. Moscú ha confirmado haber recibido la propuesta británica.

El día anterior el proyecto de resolución fue discutido a puerta cerrada en Nueva York por los representantes de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, pero no fue posible llegar a un acuerdo por la oposición cerrada de Rusia y China al uso de la fuerza.

El proyecto de Resolución de Reino Unido proponía que el Consejo de Seguridad permitiese la adopción de “las medidas necesarias para la protección de la población civil” en Siria. Serguéi Serióguichev, analista del Instituto del Oriente Próximo, está seguro que detrás de esta fórmula, se ocultan los planes de los países occidentales para realizar un ataque con misiles.

–No habrá invasión como tal. La experiencia en Iraq ha demostrado que se podría derrotar al ejército sirio en un par de semanas: pero inmediatamente después empezaría la resistencia. En este caso, los estadounidenses y sus aliados serían atacados no sólo por los partidarios de Asad, sino también por los islamistas. Por eso, Occidente se abstendrá de realizar operaciones terrestres. Como ocurrió en Yugoslavia en 1999, se limitará a destruir infraestructuras y atacar puntos de importancia militar y política aprovechando su superioridad en los ataques con misiles.

En Reino Unido prefieren justificar su intención de bombardear Siria basándose en los principios de la “intervención humanitaria”. El ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague, ha asegurado que las eventuales operaciones militares serán legales, proporcionales y encaminadas a la protección de la población civil, impidiendo que se vuelvan a utilizar armas químicas. Ayer, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, declaraba que habían sido precisamente las fuerzas de Bashar Asad las que habían hecho uso de gas sarín.

–El régimen sirio sigue almacenando armas químicas. Disponemos de información proveniente de un amplio número de fuentes que señala al régimen sirio como responsable de la utilización de armas químicas.

Pero hasta ahora no se sabe de qué información se trata. A lo larga de esta última semana, Washington promete presentar al mundo pruebas irrefutables de la responsabilidad de Asad, pero va más allá de unas declaraciones descabelladas. Según datos que obran en poder de The New York Times, la razón consiste en que no dispone de estas pruebas. Lo único de que dispone son las conversaciones telefónicas interceptadas (supuestamente, entre jefes militares sirios) sobre armas químicas. Pero de ninguna manera esto puede ser un testimonio de la implicación de Asad en el ataque químico contra los civiles.

Barack Obama tampoco se apresura a tomar una decisión sobre Siria. Más aun, el miércoles, los legisladores exigieron que el primer mandatario argumentara la necesidad de arrastrar al país en un conflicto militar de turno. La correspondiente carta calza la firma de 116 miembros de la Cámara de los Representantes. Con mucha probabilidad, la Casa Blanca se vería obligada a esperar a que la misión de expertos de la ONU finalice la investigación en Siria y presente sus conclusiones.

Gran Bretaña mantiene una actitud más belicosa. Pero es difícil que Londres ose asestar el golpe antes que Washington, opina el orientalista Serguéi Demidenko, colaborador del Instituto de análisis estratégico:

–Tomemos el ejemplo de Libia. La participación de EEUU en aquella operación no fue muy activa. Pero mientras este país no concentró sus tropas cerca de las fronteras con Libia, mientras no hicieron algunos gestos amenazadores a Gadafi, los ingleses y franceses no se movieron de sus posiciones. Tampoco esta vez, los ingleses podrán acometer a solas la tarea. Precisamente por esta razón no ahorran energías incitando a Washington a meterse en la guerra, prometiendo luego apoyarla.

Mientras tanto, en proximidades de Siria se observa la concentración de fuerzas armadas occidentales. En la parte este del Mediterráneo ya están destacados cuatro destructores estadounidenses, dotados de misiles "Tomahawk", así como un submarino británico. En el mar Adriático están dos fragatas y un portahelicópteros de la Armada británica. En el mar Rojo y el Golfo Pérsico se encuentran portaaviones de EEUU escoltados por buques de apoyo. Francia destina a las costas de Siria una moderna fragata de la defensa antiaérea.

Todavía no se ha tomado la decisión sobre el apoyo a la operación desde las bases aéreas de la OTAN en Europa. Austria ya se negó a autorizar a los aviones de combate de la OTAN a sobrevolar su espacio aéreo en caso de su eventual traslado para asestar golpes contra Siria. Tienen sus dudas también la República Checa y Bélgica.

Damasco anuncia que se defenderá empleando todos los medios a su alcance.
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Fuente: La Voz de Rusia, 29 de agosto de 2013.