En la única intervención pública que ha hecho desde su nominación, el director general del MI5, la agencia británica de contraespionaje, advirtió de forma simultánea sobre las consecuencias del escándalo desatado por las revelaciones de Edward Snowden y las del conflicto en Siria [1].

Andrew Parker estima que las revelaciones de Snowden pueden poner fin al sistema de intercepción de las comunicaciones privando así al contraespionaje de su principal arma.

En cuanto a Siria, el director general del MI5 observa que se ha producido una radicalización de los islamistas británicos, muchos de los cuales han participado o están participando en el conflicto sirio. «El Frente al-Nusra y otros grupos sunnitas extremistas vinculados a al-Qaeda aspiran a atacar a los países occidentales», concluyó.

Al comentar esas declaraciones, la prensa británica señala que al menos 120 yihadistas han regresado ya al Reino Unido después de combatir en Siria, donde se encuentran actualmente varios cientos extremistas islámicos británicos.

Las declaraciones del director general del MI5 se producen semanas después del voto de la Cámara de los Comunes en contra de la decisión del gobierno de James Cameron que pretendía incorporar el Reino Unido a la campaña de bombardeos contra Siria anunciada en aquel momento por el presidente de Estados Unidos Barack Obama.