La Casa Blanca propuso a Irán la suspensión de sus sanciones por un periodo de 6 meses si Irán suspende a su vez su programa nuclear por esa misma cantidad de tiempo.

Los negociadores estadounidenses aseguran que ese gesto de buena voluntad permitiría alcanzar rápidamente un acuerdo definitivo entre Estados Unidos e Irán.

Desde hace 10 años, Estados Unidos y sus aliados han venido acusando a Irán de estar llevando a cabo un programa nuclear tendiente a la fabricación de armas atómicas.

Irán se ha convertido desde entonces en el país más inspeccionado del mundo por las autoridades internacionales encargadas de garantizar la no proliferación del armamento nuclear, sin que se hayan encontrado nunca indicios que confirmen las acusaciones de Estados Unidos y sus aliados.

Sólo a raíz de la reciente elección del nuevo presidente iraní Hassan Rohani, Washington se ha mostrado dispuesto a renunciar a sus acusaciones contra Teherán.