El presidente ruso Vladimir Putin recibió, el 20 de noviembre de 2013, una delegación de los partidos políticos de oposición no representados en el parlamento. Las conversaciones se centraron en el respeto de los derechos humanos en la Federación Rusa.

Alexei Navalny no estaba entre los invitados al Kremlin ya que su partido no está legalmente registrado.

Durante el encuentro, los líderes de la oposición abordaron el tema de la reciente ley rusa que prohíbe la propaganda homosexual. El presidente Putin respondió que:

«Todo lo que hemos hecho, tanto al nivel del ejecutivo como del legislativo es limitar la propaganda hacia los menores (…) No se trata de crear ningún tipo de fobia contra nadie a nivel de la sociedad, y eso incluye a las personas de orientación sexual no tradicional.»

En reacción a esta declaración, el militante gay Nikolai Alexeiev solicitó a la alcaldía de Moscú una autorización para organizar una manifestación «en respaldo a las palabras del presidente Putin».

En la sociedad rusa la sexualidad se considera una cuestión privada y personal, independientemente de que se trate de relaciones entre personas de sexo diferente o entre personas del mismo sexo. Pero no siempre fue así durante la época soviética. A pesar de que Lenin creó un Soviet gay, Stalin reprimió posteriormente ese tipo de comportamiento [1].

En todo caso, la actual ley rusa es similar al artículo 227-24 del Código Penal francés, cuya lectura puede dar lugar a interpretaciones contradictorias, ante lo cual se creó la Red Voltaire en 1994. La actual jurisprudencia sobre ese texto respeta los derechos de las personas interesadas y garantiza al mismo tiempo la protección de la infancia.

En octubre de 2010 –antes de la adopción de la nueva ley rusa–, la Corte Europea de Derechos Humanos había condenado a Rusia por haber permitido que la alcaldía de Moscú prohibiera a Nikolai Alexeiev la organización de un Día del Orgullo Gay.

En los últimos tiempos, la prensa atlantista ha venido acusando a Rusia de haber vuelto a las prácticas represivas de la época soviética.

[1«À l’Est: la Révolution Gay», Rebel / Réseau Voltaire, 1º de marzo de 1993.