24. noviembre, 2013 Edgar González Ruiz * Opinión

Nacido en la Ciudad de México en 1945, en su infancia pudo constatar el enorme poder que ejercía el clero sobre las personas devotas, de cuya credulidad abusaba.

Relata: “De pequeño me tocó ver cómo mi abuela, que era muy religiosa, servía y obedecía al párroco de la colonia Bondojito, por cuyas indicaciones expulsó a mi padre de la casa familiar porque él había abandonado la religión católica. Cuando tenía 13 años supe que otro párroco sedujo a la esposa de uno de mis tíos, por lo que él estuvo a punto de suicidarse. Ese tipo de experiencias familiares me llevaron a investigar acerca de las doctrinas y de las prácticas corruptas dentro del clero. Descubrí que la pederastia era un mal bastante extendido en sus filas, lo mismo que el alcoholismo, la homosexualidad y la ambición que explota la ignorancia de la feligresía.”

Por una dinámica natural, esas inquietudes lo llevaron a incursionar en el periodismo, pues a fines de la década de 1960 se le presentó la oportunidad de editar en Jalisco su primera publicación, que se llamó Nebo (Pregonero de la noticia).

Aguilera narra que el entonces cardenal de Guadalajara, José Garibi Rivera (1889-1972), interpuso sus influencias con el gobierno local para crearle obstáculos al periódico cuyo contenido era anticlerical. A lo largo del tiempo, Aguilera continuó su lucha en diferentes ciudades del país contra los abusos del clero, creando para ello publicaciones impresas, programas de radio, de televisión y, en los últimos años, desde la ciudad de San Diego, California, mediante espacios en internet como Claro y Oscuro 2011, binationalmagazine.com y Concepto Californias.

A diferencia de lo que ocurre con los “grandes medios de comunicación”, cuyo funcionamiento supone grandes recursos económicos e influencias políticas, en esas páginas se pueden expresar libremente puntos de vista críticos y acertados acerca del clero católico y sus aliados políticos. Como señala Aguilera, en internet el contenido es lo que cuenta, por ello ese medio ha contribuido mucho a desfanatizar a la sociedad.
Contra el clero y contra el PAN

En sus espacios periodísticos, Aguilera ha criticado abiertamente a los pontífices y a la derecha católica encarnada en el Partido Acción Nacional (PAN).

Durante la primera visita de Juan Pablo II a México, en una época en que era aplastante el apoyo de los medios masivos al pontífice, y cuando nadie se atrevía a criticarlo en público, Aguilera colocó pancartas en algunas de las plazas donde tenían lugar actos multitudinarios del papa.

En la década de 1990, los panistas, que comenzaban a gobernar varias entidades del país, recrudecían sus ataques contra las expresiones divergentes del catolicismo.

En 1996, en León, Guanajuato –relata Aguilera–, el jefe de prensa del ayuntamiento prohibió que su periódico Concepto del Bajío se repartiera a los empleados de esa oficina, con el argumento de que esa publicación crearía divisiones en una sociedad predominantemente católica.

Ese mismo año, en Irapuato, Aguilera apoyó a un grupo de evangélicos a quienes funcionarios panistas prohibieron llevar a cabo un acto público, mientras que los religiosos católicos contaban con todo el apoyo por parte de los gobiernos derechistas.

En esa misma década, en Tijuana, Baja California, se censuró un programa que conducía Aguilera en la estación XEC, El enciso, por su contenido contrario al clero.

Mientras tanto, en sus homilías dominicales, algunos sacerdotes predicaban contra el periódico Concepto en las Californias, de Aguilera, del que decían que era producto del Anticristo.

En 1994, un clérigo de la colonia Libertad, en Tijuana, habló con los anunciantes del periódico de Aguilera para que le retiraran la publicidad.

En varias ocasiones, Aguilera sufrió atentados y amenazas en Baja California, por lo que desde hace años desarrolla su labor en San Diego, California.

En los últimos años, los medios que conduce Aguilera le han dado cobertura a hechos como la despenalización del aborto en la Ciudad de México, en 2007; la visita del papa Benedicto XVI, en 2012; y la reforma al Artículo 24 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Así como le ha acarreado persecuciones y censuras, el trabajo de Aguilera le ha granjeado simpatías entre librepensadores, sectores liberales y minorías religiosas que han sido objeto de la intolerancia católica.

En 2001 fue invitado a Cuba por grupos evangélicos para impartir algunas conferencias sobre los asuntos religiosos en México y en Estados Unidos.

A veces, en alguna cafetería o calle de San Diego, alguien acude a saludar a Rubén y a felicitarlo por los contenidos de sus programas de radio y de televisión que difunde en internet, y que expresan puntos de vista que no encuentran eco en los medios convencionales, a pesar de que son compartidos por muchas personas.

En 2013, con más lucidez y sentido crítico que muchos otros medios, Aguilera cuestionó el supuesto espíritu renovador del papa Francisco, que es una estrategia discursiva para “cambiar la mala imagen de una Iglesia sumida en corrupción y extravíos sexuales […] innovadora cruzada de cambios superficiales [que] sigue sin convencer a los expertos en materia religiosa.”

*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México

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