En una alocución televisiva pronunciada en Teherán en ocasión de sus 100 días en el poder, el presidente Hassan Rohani arremetió duramente contra la gestión de su predecesor Mahmud Ahmadinejad, acusándolo de haber dejado una deuda de 67 000 millones de dólares y atribuyéndole todos los problemas del país.

Akbar Turkan, uno de los consejeros del jeque-presidente Rohani, invitó al ex presidente Ahmadinejad a hacer penitencia ante Dios y la Nación por todos los problemas creados al país, en el plano económico y también político.

En respuesta, el ex presidente Ahmadinejad hizo llegar a su sucesor una carta en la que le propone respetuosamente la organización de un debate público que le permita defenderse ante tales acusaciones, a lo que el jeque Rohani respondió que eso sería posible si su interlocutor aceptara decir por fin la verdad.

A raíz de la firma en Ginebra del acuerdo transitorio con el Grupo 5+1, el presidente Rohani goza de una ola de respaldo que viene a agregarse al apoyo del Guía de la Revolución, el ayatola Ali Khamenei. Todo parece indicar que Rohani está tratando de utilizar esa popularidad para acabar con los antiimperialistas iraníes, aún muy numerosos, sobre todo entre la población más pobre.