30-12-2013

¡Unidad Nacional en OEA y NNUU!

Perú debiera empezar a preparar, si acaso -aunque no lo creemos posible- Chile dilatara so pretextos múltiples y variopintos, la ejecución inmediata del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el próximo 27 de enero, los equipos diplomáticos, periodísticos y políticos, para la gran campaña latinoamericana en la OEA y mundial en Naciones Unidas, de confrontar un escenario como el descrito. ¡He allí la nueva postura de la unidad nacional!

¿Puede parecer rara esta previsión? ¡De ninguna manera! Y la apelación a Clío deviene pertinente e inequívoca.

En octubre de 1883, con las tropas invasoras en buena parte del Perú, el gobierno servil de Miguel Iglesias firmó la paz con Chile en Ancón. Al año siguiente un Congreso Constituyente ad hoc ratificó la paz hechiza, merced a aquella se perdió definitivamente Tarapacá, y Arica y Tacna quedaron en manos del invasor por un período de diez años. Como es de conocimiento general, tras idas y venidas, plebiscito jamás realizado, dilaciones mañosas, agresiones a poblaciones peruanas desalojadas de sus tierras, recién se llegó al Tratado de Lima y su inseparable Protocolo Complementario el 3 de junio de 1929. ¡No fue Perú quien incumplió con un tratado internacional!

El gobierno del presidente Humala se reunió en días pasados con los personeros de los clubes electorales, los que se turnan para la ocupación de los puestos burocráticos en los ministerios y Palacio, aquellos, como era obvio, no podían dejar pasar la oportunidad para manifestar su sentimiento de unidad. Sin embargo, parece insólito que tanta rimbombancia no aterrizara en una previsión tan simple como la que estamos enunciando: la gran campaña latinoamericana en la OEA y mundial en Naciones Unidas.

Escribió con recio mandoble ayer el jurista Guillermo Olivera Díaz en ¡Ni plebiscito ni ratificación congresal a fallo de La Haya!
http://www.voltairenet.org/article181607.html?var_mode=recalcul

"El 27 de enero que viene se leerá la sentencia inapelable. Ella no puede estar sujeta a comisiones, plebiscitos o ratificación congresal, con el riesgo de su desnaturalización o desconocimiento, que harían inútiles los costosos procesos judiciales que zanjan controversias limítrofes.

Una sentencia judicial supranacional no es objeto de plebiscito, en ningún lugar del universo; tampoco de ratificación del Congreso nacional. Menos de comisiones, que podrían hurgar o escamotear su cumplimiento. Simplemente debe cumplirse en sus propios términos.

Además, la cacareada soberanía sobre un mar usurpado ajeno, es simplemente espuria, que un fallo judicial corrige.

¡Unidad nacional en defensa del fallo y contra el usurpador!"

Como parte de la Propia Respuesta que Perú tiene que darse, desde el Estado y su gobierno, el actual y los que vengan, es urgente comprender que la Nación haría del veredicto de La Haya el próximo 27 de enero, proclama, bandera tremolante, exigencia ineludible de ejecución inmediata por parte de Chile. Lo contrario es violación flagrante de un fallo expedido por el tribunal de justicia más alto de la Tierra, cuyas resoluciones son inapelables.

¿Qué mejor unión que la reseñada y con características de gran batalla diplomática y política en el mundo entero, porque la jurídica acaso tenga visos parciales o totales de ser favorable al Perú?

Es hora de licenciar a las vacas sagradas que ya cumplieron con su papel burocrático y administrativo, hay que dar paso a promociones capaces de asumir el reto polémico y de darlo a conocer con elocuencia y liderazgo en los foros más importantes en los que habrá que denunciar cualquier impostura o mala conducta, de haberla, la OEA y NNUU.

Los gonfaloneros de componendas, comisiones dudosas, cuerdas separadas muy rentables pero para minorías, no trabajan para el Perú, lo hacen por sus propias vanidades y porque sí es muy buen negocio estar en los puestos y ante los ojos de las cámaras y medios de comunicación. La Nación no requiere de más ágrafos, claudicantes o ignaros que han dado muestras de aviesas actitudes que no se condicen con los soberanos designios del Perú y su difícil vecindad con Chile.

Con realismo y objetividad Perú debe generar su Propia Respuesta y alentar su capacidad de indignación para construir una Patria libre, justa y culta.

¡Cada cual a su trinchera y viejos a la tumba, jóvenes a la obra!

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