Richard Lloyd, ex inspector de la ONU, y Theodore A. Postol, profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, siglas en inglés), publican un informe-estudio sobre los datos balísticos que proporcionaron los servicios de inteligencia estadounidenses en relación con la masacre química registrada el 21 de agosto de 2013 en la Ghoutta (el cinturón agrícola que rodea Damasco, la capital siria).

Los dos investigadores demuestran en el estudio que el alcance de las municiones químicas utilizadas aquel día no pasaba de 2 kilómetros y que por ende los disparos no pudieron realizarse a más de 2 kilómetros de los puntos de impacto. Basándose en los mapas divulgados por el Pentágono, Richard Lloyd y Theodore A. Postol concluyen que el ejército gubernamental sirio no podía por lo tanto ser considerado responsable de la masacre ni del uso de armas químicas.

También señalan que la descripción que se hizo de un intenso bombardeo gubernamental de varios días sobre esa región también resulta imposible.

Por otro lado, las municiones utilizadas en ese ataque químico con gas sarín no tienen nada que ver con los vectores que poseía el Ejército Árabe Sirio para sus armas químicas, como bien observaron en su momento los inspectores de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) a cargo de las tareas de desarme.

Los investigadores resaltan en sus conclusiones que la inteligencia estadounidense cometió errores gravísimos en el manejo de la información sobre el ataque químicos de la Ghoutta y piden que se explique cómo se produjeron esos errores para evitar que se reiteren nuevamente en el futuro.

Possible Implications of Faulty US Technical Intelligence in the Damascus Nerve Agent Attack of August 21, 2013, por Richard Lloyd y Theodore A. Postol, MIT, 14 de enero de 2014, 46 pp.