El yuan cuenta con una referencia (quote) en el tablero Reuters, donde se determina el precio de los tipos de cambio. En octubre de 2013 se colocó en el segundo sitio dentro del ranking de divisas más utilizadas para el financiamiento comercial (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication, SWIFT, 3 de diciembre de 2013): con un salto de 347 por ciento (en comparación con enero de 2012) alcanzó una cuota de 8.66 por ciento, dejando al euro en el tercer sitio (6.64 por ciento). El crecimiento anual de los pagos europeos en yuanes al tercer trimestre de 2013 fue de 163 por ciento, superior al 109 por ciento de la región asiática (SWIFT, 29 de octubre de 2013). Como consecuencia de la caída del comercio intraeuropeo, China se ha vuelto el mercado sustituto para Alemania. Los pagos alemanes en yuanes aumentaron 71 por ciento anualmente a mayo de 2013 (SWIFT, 26 de junio de 2013). Recientemente China se convirtió en la primera potencia del comercio mundial por un total de 4.16 billones de dólares (Russia Today, 10 enero de 2014). La mira está puesta en sustituir al dólar de su comercio. En 2013 alrededor de 390 mil millones de dólares en exportaciones pasaron a facturarse en yuanes.

“La moneda del pueblo” (renminbi) ha traspasado la frontera asiática mediante la firma de swaps (permutas financieras) cambiarios bilaterales con más de 20 países: Australia, Bielorrusia, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Islandia, Malasia, Nueva Zelanda, Paquistán, Singapur, Tailandia, Turquía, entre otros. Estos acuerdos, a la vez que favorecen la provisión de moneda extranjera entre bancos centrales (por ejemplo libras esterlinas en China y yuanes en Gran Bretaña), reducen los costos de transacción y facilitan el comercio y la inversión ante las fluctuaciones del dólar; crean un gran mercado para el yuan incrementando su papel como moneda internacional. El swap cambiario con Londres se concretó en junio de 2013 por 200 mil millones de yuanes, y con el Banco Central Europeo en noviembre por 400 mil millones de yuanes (el segundo más grande firmado con un banco central extranjero después del contraído con Corea del Sur). Previsiblemente, las tensiones entre Fráncfort, París, Zúrich y Londres para convertirse en la plaza financiera favorita del yuan, aumentarán (La Tribune, 10 de noviembre de 2013). En América Latina hay swaps cambiarios con Argentina (2009) y Brasil (2013) por 70 mil y 190 mil millones de yuanes, respectivamente. De acuerdo con cifras de Pekín, el fondo total de este tipo de acuerdos alcanzó 4.17 billones de dólares al tercer trimestre de 2013, la mitad del producto interno bruto de China.

Por otro lado, si bien el yuan ha ganado posiciones como moneda de comercio y ahora como moneda de inversión financiera a través de Hong Kong, Shanghái, Singapur y la City, aún está lejos de incrementar su situación como moneda de reserva. Los bancos centrales mantienen apenas 0.01 por ciento de sus reservas en yuanes. Sin embargo hay planes de China para establecer mercados en yuanes: 1) de petróleo mediante la emisión de futuros en The Shanghai Futures Exchange (Reuters, 21 de noviembre de 2013); 2) de hierro, a través de la Bolsa de Bohai; 3) de oro, a través de The Shanghai Gold Exchange (Wall Street Journal, 15 de enero de 2014); y 4) la eventual creación de instrumentos en yuanes en The London Metal Exchange (Reuters, 20 de noviembre de 2013). Esto dotaría a la moneda china de un empuje estratégico para convertirse en moneda de reserva en un futuro no distante. Patrick Zweifel, de The Financial Times (6 de enero de 2014), prevé que alcanzará plena convertibilidad en 3 años, y en 10 superará al dólar como moneda de reserva.

En suma, el proceso de internacionalización del yuan se ha iniciado con un fuerte impulso en alianza con la City, que afectará de modo gradual el valor y la hegemonía del dólar. En lo sucesivo no habrá comercio internacional, ni mercado cambiario, ni Fondo Monetario Internacional sin China y el yuan. Negarlo es una torpeza con un alto costo económico y político.

Fuente
Contralínea (México)