21-3-2014

Encuentro en el texto emitido en Facebook por el doctor Guillermo Olivera Díaz, una opinión que transcribo literalmente con potente indignación:

"¡En concesión del Terminal Portuario Callao, entre 2010 y 2011 el hoy premier Cornejo Díaz defraudó delictivamente al Estado!

En representación de su empresa Corporación Helios, el año 2010, René Cornejo, diseñó, por encargo pagado del Estado, la privatización del Terminal Portuario Callao (TP Callao), la cual comenzó en abril y concluyó en julio 2011, cuando el favorecido operador privado extranjero,
APM Terminals, sin aportar un nuevo sol, recibió en concesión todas las instalaciones del TP Callao, valorizadas en US$ 600 millones de dólares.

En agosto 2011, René Cornejo, en su doble calidad de Ministro de Vivienda, como tal, miembro del Directorio de PROINVERSIÓN y del Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (FONAFE), en coyunda con el ministro de Economía, el del repudiable mechoncito, hicieron una y mil piruetas o malabares:

a) impidieron que la Contraloría intervenga,

b) solidificaron la concesión con estabilidad jurídica y tributaria,

c) finiquitaron la entrega gratuita del patrimonio del TP Callao, entre otras macabras gollerías, para consolidar el contrato-concesión a un operador privado, nítidamente favorecido defraudando al Perú.

¡El concesionario desde el primer día recibió los ingresos del puerto Callao sin haber aportado nada en su ficticia calidad de socio "estratégico"!

Por lo tanto, René Cornejo fue el artífice-abogado del diseño de la concesión del TP Callao, a un socio "estratégico" que no aportó nada y luego como ministro-juez perfeccionó y consolidó su entrega maestra.

Esto es defraudar delictivamente al Estado peruano, cuyo ilícito penal se llama, por doquier, Colusión Agravada, prevista en el Art. 384° del Código Penal y punible con 15 años de cárcel.

¿Para silenciar estas defraudaciones elegimos al presidente Humala?

¿Este personaje es el ministro que tiene el beneplácito de Nadine?"

El precarísimo ministro Cornejo debe rendir cuentas de estas severas circunstancias, la opinión pública requiere con carácter de urgencia, de las aclaraciones más exhaustivas posibles con apego inequívoco a la verdad. Y acaso sea bueno recordar el título de una tradición de Ricardo Palma cuando clamaba: ¡A la cárcel todo Cristo!

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