El Ejército Árabe Sirio recuperó la localidad de Kassab, cercana a la frontera turca, que había caído en manos de los mercenarios del Frente al-Nusra (afiliados a al-Qaeda) y del Ejército del Islam (pro-saudita).

Ante el empuje del ejército nacional sirio, los yihadistas –quienes en marzo de 2014 habían penetrado en territorio sirio en compañía del ejército turco y gracias a su apoyo activo [1]– trataron de huir hacia Turquía. Pero esta vez el mismo ejército turco les negó el paso hacia su país, lo cual obligó a los yihadistas a dispersarse en la región siria de Idleb.

Lo anterior parece indicar que el ejército turco ha decidido cambiar de estrategia y que pudiera haber puesto fin a su apoyo a los Contras, después de haber respaldado también la ofensiva del Emirato Islámico en Irak y el Levante (EIIL) en territorio iraquí.

El problema es que una victoria de los yihadistas del EIIL en territorio iraquí conduciría probablemente a la división de Irak en 3 Estados independientes y uno de ellos sería un Kurdistán llamado a extenderse posteriormente sobre una parte del territorio del actual Estado turco.