El Ejército Árabe Sirio, con el apoyo del Hezbollah, sigue avanzando considerablemente en la región de Qalamun, fronteriza con el Líbano, donde se estima en un mínimo de 10 000 el número de combatientes yihadistas.
Ante ese avance, unos 5 000 de esos yihadistas, que según los interlocutores se identifican como miembros del Frente al-Nusra –o sea, de al-Qaeda– o del Emirato Islámico –organización que también perteneció a al-Qaeda antes de proclamar un califato en territorios de Irak y Siria– se replegaron el sábado 2 de agosto de 2014 hacia el Líbano en la región de Ersal.
La región libanesa de Ersal, donde viven unos 35 000 sunnitas, alberga actualmente unos 120 000 refugiados sirios. Si bien la mayoría de los libaneses de Ersal no está implicada en los combates en Siria, al menos unos 700 «son mercenarios que han sacado provecho financiero de la presencia de los refugiados y se han enriquecido. Son gente sin escrúpulos que no tienen ni dios ni ley». De hecho, Ersal se ha convertido en base de retaguardia de los yihadistas que operan en la región siria de Qalamun.
Informado sobre la preparación de ataques contra varias localidades chiitas libanesas, el ejército libanés procedió al arresto del jefe sirio de al-Nusra, Imad Ahmad Jomaa, quien visitaba en Líbano varios yihadistas heridos en el Qalamun.
Por su parte, el Estado Islámico (ex EIIL o Daesh) publicó fotos de 6 soldados libaneses retenidos como rehenes.
Los yihadistas atacaron 3 puestos del ejército libanés en Masyada, Wadi Hmayed y Tallet el-Hosn. El ejército logró mantener el control de los dos primeros pero el tercero cayó en manos de los atacantes. Varias unidades de élite y la 8ª brigada del ejército libanés han sido enviadas a la región como refuerzo junto a la unidad de fuerzas libanesas helitransportadas que opera en la zona.
Los enfrentamientos costaron la vida a 16 soldados libaneses, 25 resultaron heridos y otros 13 están reportados como desaparecidos.
En una conferencia de prensa, el general Jean Kahwagi, jefe del estado mayor libanés, precisó:
«Los elementos armados son extranjeros al Líbano y están vinculados a diferentes formas actuales de takfirismo. Esos elementos son de diversas nacionalidades y estaban fuera de [nuestras] fronteras. Llegaron al Líbano en coordinación con individuos implantados en los campos de refugiados.»
Ulemas sunnitas y diputados del norte del Líbano han acusado repetidamente al Hezbollah de ser responsable de la extensión del conflicto sirio al territorio libanes. En realidad, son esos mismos acusadores quienes han estado participando activamente en la guerra contra Siria, desde el inicio de ese conflicto, dedicándose al transporte y la distribución del armamento enviado por la OTAN e Israel. Por su parte, el Hezbollah no intervino en los combates hasta hace un año, cuando los yihadistas comenzaban a representar una amenaza para el Líbano.
Durante el pasado fin de semana, el Hezbollah se mantuvo al margen de las operaciones del ejército libanés para no reproducir una situación similar al criticado escenario de Abra, en junio de 2013. En aquel momento, el ejército libanés se enfrentó, con la discreta ayuda del Hezbollah, al grupo yihadista del jeque Ahmad al-Assir –financiado por Qatar [1].
El ejército libanés ha advertido sobre una posible extensión de los enfrentamientos a todo el territorio del Líbano.
Finalmente, en un video publicado el domingo 3 de agosto por el Frente al-Nusra (oficialmente vinculado a al-Qaeda) varios miembros de las Fuerzas de Seguridad Interior libanesas (FSI) dicen haber «desertado debido a las acciones del ejército y del Hezbollah en Ersal y a las acciones del partido chiita en Siria». Pero es evidente que se trata de una declaración hecha bajo presión ya que dicen haber «desertado del ejército» cuando en realidad las FSI libanesas dependen del ministerio del Interior.
[1] «Fuerzas especiales libanesas neutralizan al jeque Ahmad al-Assir», Red Voltaire, 23 de junio de 2013.
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