Lima, 18 de diciembre de 2014

Señor Embajador
Claudio de la Puente Ribeyro
Viceministro de Relaciones Exteriores y Presidente
de la Comisión de Personal
Ministerio de Relaciones Exteriores

Señor Viceministro:

Ha concluido un nuevo proceso de ascensos y, una vez más, por efecto de los “ajustes y consensos de la Comisión”en la denominada “Nota de Concepto”, cuyos criterios objetivos dispuestos por ley ignoro hasta la fecha, he visto truncadas mis aspiraciones para acceder a la categoría de Embajador. Debo precisar, empero, que respecto de los criterios subjetivos o políticos sí tengo clara idea, al ser ésta no la primera ni segunda vez en que “dejo de alcanzar vacante”. Constituye una tendencia y actitud iniciada en mi caso desde el 2000. Más evidente desde el 2001, año en que fui ilegal y arbitrariamente acusado por la Alta Dirección cuando, como en el pasado proceso,se hizo un manejo -oportuno para algunos-de la citada “Nota de Concepto”. Su valor de 30%, a criterio del Canciller, tal como precisó el lunes 15 último ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso -reunión en la que estuvo usted presente, “permite a la Comisión comparar la real trayectoria y desempeño profesional de los funcionarios”, afirmación que por razones que detallo a continuación, tampoco puedo aceptar.

Como bien conoce, a lo largo de 39 años he recibido de sucesivos Jefes, quienes reglamentariamente actúan como evaluadores inmediatos, las más altas calificaciones en el rubro “Rendimiento y Gestión”. Este año me presenté con la máxima Nota. En lo que atañe a“Perfeccionamiento Académico y Profesional”, también este año me presenté con la quinta nota más alta. El promedio de ambas calificaciones, con un valor de 70% del total, me colocó en el quinto lugar de las siete vacantes concedidas. Faltaba la “Nota de Concepto”. Una vez publicada dicha Nota, y a pesar de constituir la más baja calificación de mi carrera, alcancé el séptimo lugar, es decir, tenía vacante. Sin embargo, luego de ello y por motivaciones que ya han sucedido en años previos, se produjeron sustantivas “reconsideracionesde la Comisión” a su propia calificación publicada y, súbitamente, terminé en el décimo puesto promoviéndose a funcionarios cuyo promedio total estaba muy por debajo del mío. Se ratificaba pues este año la tendencia y actitud presentes desde el 2000.

Además de ostentar una Maestría en Derecho Internacional de la Universidad de Chile y, previamente, el título de “Experto en Comercio Exterior, obtenido en ADEX con el primer puesto, recordará Viceministro que fui autor de importantes y logradas iniciativas multilaterales peruanas particularmente en favor de la Democracia y en la defensa del Estado de Derecho. De diversos artículos de historia y política exterior como de libros que tratan temas inherentes al Derecho Aéreo, al Derecho de los Tratados y su perfeccionamiento constitucional y de Derechos Humanos. Fui profesor en la Academia Diplomática y en el Programa de Maestría de la FAP y la Universidad Agraria. Mis grados, orientados a un mejor desempeño en mi quehacer profesional, los obtuve muy temprano en la carrera y cuando aún no eran requeridos para los ascensos. Ninguno de mis títulos o grados es virtual, tal como calificara, con ironía,el Canciller en la citada reunión de la Comisión de Relaciones Exteriores restando mérito a cursos que, con ayuda de la tecnología actual, son reconocidos por universidades del primer mundo y que la propia Academia Diplomática imparte como Maestrías y Diplomados. Muchos colegas los poseen.

En cuanto al rubro “Trayectoria Profesional”, recuerdo a usted que en 39 años de servicio tuve a cargo tres Direcciones (Medio Ambiente, Promoción de Turismo y Asuntos Aéreos) y una Dirección General (Seguridad y Defensa), todas por períodos de varios años; tres Consulados Generales y Jefaturas de Servicios Consulares (La Paz, Vancouver y México) así como dos importantes encargadurías de negocios a.i (ante la OEA y en la Embajada en Brasil), ocasión ésta en la que me cupo participar –como Jefe de Cancillería- en la totalidad del proceso de paz con Ecuador, siendo felicitado por la gestión realizada.

En el plano internacional, además de haber servido ante las Naciones Unidas y otros organismos del sistema en diferentes sedes, tuve asimismo el honor de integrar -como presidir algunas veces- diversas delegaciones peruanas habiendo sido elegido y desempeñado la Vicepresidencia –a título regional- de la I COP de Diversidad Biológica; la Vicepresidencia y negociador por el Grupo Latinoamericano y del Caribe en el Convenio de Desertificación, Vicepresidente en la reunión de Ministros latinoamericanos de Medio Ambiente, Co-presidente de la iniciativa peruano-suiza sobre bosques, Vicepresidente del Cepcies en la OEA, entre otros cargos y responsabilidades que constan en mi Foja.

Este año fui nombrado Asesor de la Dirección Ejecutiva de la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI). No hubo Director Ejecutivo durante nueve meses. Sin embargo, a pesar de las limitaciones presupuestales que tal ausencia implicó, junto a los funcionarios que allí trabajan, al tiempo de reforzar la identidad de dicha Agencia con Torre Tagle y lograr un incremento presupuestal para el 2015, realizamos todo esfuerzo posible para cumplir con los mandatos de ley y para llevar adelante la cooperación, con un criterio inclusivo, complementario de los planes nacionales de desarrollo y orientada a combatir la extrema pobreza. Hoy, gracias a ese esfuerzo, la Cooperación Internacional es considerada dentro del planeamiento estratégico de la Cancillería como una variable estratégica e importante herramienta de nuestra política exterior. Lo puede verificar fácilmente en la Dirección General de Planeamiento. Lamentablemente, lo ocurrido durante el reciente proceso de ascensos traduce una ausencia de confianza, razón por la que solicité a la Directora General de la Oficina de Recursos Humanos mi cambio de puesto, no sin antes explicar, por justicia y lealtad, las motivaciones de ello a la nueva Directora Ejecutiva.

Reitero que durante diecinueve años en la categoría de Ministro, jamás recibí una calificación tan indigna y ofensiva a mi trayectoria profesional como la impuesta este año. Es la peor de mi carrera, una de las más bajas de la categoría y estimo que mi desempeño como experiencia profesionales, no lo merecen. Los párrafos precedentes dan cuenta de ello pues jamás hubo queja o proceso contra mi actuación profesional. Sin embargo, el público mensaje de tal Nota como de la actitud evidente a lo largo de los años, deviene clara y transparente. Estuvo presente en la Alta Dirección desde el 2000 y es una constante manifiesta desde el 2001, cuando debí recurrir al Poder Judicial para dejar sin efecto la arbitraria como ilegal acusación impuesta por el Canciller de entonces, sentencia favorable por cierto que demoró tres años y medio en ser ejecutada por ese Ministerio. Igualmente, cuando el 2002 hice notar a la Alta Dirección de la inconstitucional y perjudicial adhesión realizada por esa Administración, en setiembre del 2001, a un convenio internacional mediante el cual se perdía, graciosamente, la soberana capacidad negociadora sobre nuestros derechos y frecuencias aéreas, luego de lo cual, como es conocido, debimos desvincularnos.

Entiendo el mensaje de la Alta Dirección y confío en que el mismo, dadas las circunstancias de su emisión, sea interpretado debidamente por los colegas más jóvenes, hoy requeridos por ley para capacitarse y que ofrecen lo mejor de sí en defensa de los intereses del Perú. Los diplomáticos somos funcionarios públicos, nos debemos a la defensa de la Constitución y es a la Nación a quien debemos rendir cuentas.

En virtud de lo expuesto, ingresando ya al último año en el Servicio pues cumplo veinte años en la categoría el 2015, y a fin de evitar futuras tensiones motivadas por las indignas calificaciones -oportunamente impugnadas-, solicito a usted tenga a bien disponer se me exonere de participaren el próximo proceso de ascensos 2015, de modo pueda concluir mi carrera diplomática después de 40 años dedicados a la defensa de los intereses de la Nación y así retirarme a los 62 años de edad.

Augusto Freyre Layzequilla
Ministro

Cc. ORH
Comisión de Personal
AFDA

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¡Turbulencia en Torre Tagle!
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