El doble propósito que tienen estas dos acciones gubernamentales está claro en la cuestión electoral, pues es evidente que dichos programas se anuncian, se inician y se llevarán a cabo antes y durante los diferentes procesos electorales que se realizarán este 2015. En el caso de la repartición de pantallas, algunos de los partidos de oposición han dejado claro que esta desinteresada entrega no es tal, ya que la frase inscrita en las cajas de las mismas, “Mover a México”, no dejan lugar a dudas, pues ésta relaciona directamente la entrega con varios de los spots publicitarios del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del gobierno federal. Al grado que ante la queja de otros partidos, se ha logrado que el Instituto Nacional Electoral (INE) haya ordenado retirar la frase de las cajas, aunque lo que debió detenerse es la entrega de las pantallas. Propaganda electoral disfrazada de solidaridad con el pueblo, fingida inclusión al desarrollo tecnológico de los sectores más desprotegidos, que no es coincidencia, han sido tradicionalmente los integrantes del llamado voto duro del PRI. ¡En la elección presidencial pasada hubo tarjetas Soriana y ahora pantallas!

Lo peor es que somos los mexicanos en su conjunto, concordemos o no con el PRI y el gobierno federal, los que financiamos estas maniobras electoreras con nuestros impuestos. El propósito electoral de las pantallas está bastante claro, pero se tiene otro asunto que no es menor, que es más soterrado, la preocupación del gobierno federal de que la población que históricamente en masa ha nutrido las urnas para el PRI se vaya a quedar sin acceso a los contenidos televisivos de Televisa y Tv Azteca: las telenovelas, los reality-shows, el futbol y por supuesto los noticiarios progobiernistas. El control mediático de la masa votante es fundamental para dar continuidad a Enrique Peña Nieto y a un proyecto político que cada vez es más cuestionado y pierde popularidad entre la sociedad más crítica de la nación.

No dejar a los televidentes más desprotegidos socialmente del país sin señal televisiva ante el apagón analógico que se efectuará en 2016 es fundamental para el gobierno. En cambio, ante el desplome de los precios del petróleo, se ha anunciado un recorte al gasto en ciencia y tecnología, aunque en educación se da paso a la entrega masiva de tablets para estudiantes de primaria. El secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, anunció el 30 de enero que el gobierno federal realizará un ajuste al gasto público por 124 mil millones de pesos, como medida ante el deterioro del entorno económico internacional, por lo que impactará a dependencias y organismos del orden federal; y como es de esperarse, entre las instituciones más afectadas está el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), al que se le aplicará una disminución de 900 millones de pesos. Y eso no es nuevo, la historia reciente del país en los rubros científico y tecnológico ha sido la limitación de su desarrollo, algo que viene ocurriendo desde la década de 1980, cuando ante el auge petrolero se privilegió la extracción de la materia prima y no la innovación tecnológica para procesamiento de la misma. Lo que ha llevado a México, un país productor de petróleo, a tener las gasolinas más caras del mundo e incluso a importarlas desde el país vecino del Norte, aunque eso obedece también a otros oscuros intereses económicos. Ahora, ante el desplome de los precios del crudo, el país se ve envuelto en serios problemas económicos, lo que lleva al gobierno federal a frenar aún más del desarrollo de la ciencia, un círculo vicioso que no parece tener fin.

Cuando la Secretaría de Educación Pública (SEP) se apresta a repartir entre estudiantes y profesores las tablets, en otros países se está reconociendo que el uso de las llamadas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), entre las que se encuentran las tablets, es un factor determinante en el incremento del déficit de atención de niños y jóvenes. ¿Habrá hecho su tarea el titular de la SEP realizando una amplia y profunda investigación del impacto que pueden tener estos dispositivos entre nuestros estudiantes? Si no la hizo, aquí le pasamos un par de fuentes en las que puede ver que, probablemente y al contrario de lo que piensa él y el gobierno federal, este tipo de medidas puede distanciar al niño y al joven del estudio.

Un estudio reciente de la Universidad Autónoma de Barcelona y del Instituto Catalán de la Salud revela que un uso excesivo de las TIC, como tablets, teléfonos “inteligentes” y videojuegos, es un factor importante en el incremento del déficit de atención de niños y jóvenes, incluso más que el uso de la televisión abierta, ya que estos medios permiten acceder a una infinidad y variedad de información en poco tiempo. El 16 por ciento de estudiantes que usan 1 hora al día este tipo de instrumentos reduce su rendimiento escolar considerablemente, pero si el empleo de internet o las redes sociales aumenta entre 2 y 3 horas al día, su rendimiento disminuye incluso hasta en un 29 por ciento. Lo que indica que a mayor tiempo de navegación en la red aumenta el déficit de atención. Un planteamiento de esta investigación que aún no se convierte en un hecho es que el uso excesivo de las TIC puede estar relacionado con una mayor tendencia de los adolecentes y los jóvenes hacia el uso de alcohol y drogas, como señaló Antonio Barba, director de Divulgación y Fomento a la Cultura Científica y Tecnológica del Distrito Federal (http://www.noticiasmvs.com/#!/emisiones/segunda-emision-con-luis-cardenas/arturo-barba-director-de-divulgacion-de-la-secretaria-de-ciencia-tecnologia-e-innovacion-del-df-10.html ).

El uso de las TIC puede desarrollar en el individuo habilidades cognitivas específicas, pero ya se ha planteado que pueden generar déficits en sus habilidades mentales fundamentales (Daniel Goleman, Focus. El motor oculto en la excelencia, Ediciones B, Argentina, 2013, página 15), algo que ya en 1977 había planteado Herbert Simon, ganador del Premio Nobel de Economía en 1978. Él anticipó que en un mundo con gran cantidad y variedad de información, esa misma abundancia crearía disminución de atención (para profundizar en esas tempranas teorías sobre este tema, ver de Herbert Simon, “Designing Organizations for and Information-Rich World”, en Donald M Lamberton (editor), The Economics of Communication and Information, Reino Unido, Edwar Elgar, 1977). Goleman indica que en promedio un lector se distrae entre el 20 y el 40 por ciento del tiempo en que lee un texto, y es durante la lectura cuando en la enseñanza se da parte importante del proceso de aprendizaje, cuando el individuo está concentrado profundamente. Él reconoce que en tanto la educación se dirige hacia los formatos web, la masa de distractores multimedia (internet) puede entorpecer el aprendizaje (Goleman, Ibid, páginas 27 y 28). Por supuesto la SEP ya debió haber previsto estas posibilidades y escenarios, y las tablets deben ir acompañadas de estrictos programas para la vigilancia de su uso y de una estrategia para canalizar las aptitudes que el uso de estos artefactos electrónicos generan en el individuo, así como para contrarrestar el déficit de atención que estos aparatos crean en los usuarios, sobre todo los más jóvenes.

El detrimento de la ciencia y la tecnología es sin lugar a dudas un asunto que menoscaba la democracia, en tanto que impide a la sociedad desarrollarse más culturalmente en todos sentidos. Desgraciadamente nuestros gobernantes se la pasan aludiendo a la gran cultura que nos precede como sociedad –la prehispánica principalmente– pero son tan ignorantes que no pueden ver que una gran cultura se ve impedida a seguir desarrollándose en todos sentidos si no está acompañada de un fuerte impulso en la ciencia y la tecnología. La democracia en México es sólo una ilusión que se permea a la sociedad a través de los discursos de nuestros gobernantes y del sinfín de anuncios de radio y televisión en los que se habla de escenarios poco realistas del presente y para el futuro, casi siempre respaldados por nuestra gran cultura precedente. Sin un amplio impulso al desarrollo tecnológico y científico nuestra sociedad estará condenada a ser dependiente de las grandes potencias económicas, principalmente la de Estados Unidos, y a ser presas fáciles de cualquier crisis económica internacional, como lo somos ahora con la caída en los precios del petróleo. Pero para el gobierno el impulso a la ciencia y la tecnología está en segundo término y parece ser más importante regalar pantallas y tablets, sobre todo en tiempos electorales. ¡Movamos a México con pantallas y tablets!

Fuente
Contralínea (México)