El conflicto más notorio, obviamente, es el del Partido Verde Ecologista de México, señalado por Julio Hernández López como el partido de las cuatro mentiras. Al cual, tanto las porristas de esa organización en el Instituto Nacional Electoral –Beatriz Galindo y Adriana Favela– como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación protegen a como dé lugar, no obstante que dicha agrupación siga con sus engaños e incluso su propaganda sea en contra de las instituciones oficiales (claramente los vales para sanatorios contra los servicios del Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado y la Secretaría de Salud).

Las multas se le pueden aumentar hasta el cielo. Nosotros con nuestros impuestos y manos extrañas que deben investigarse las pagarán. Y sus próximos legisladores continuarán apoyando al Partido Revolucionario Institucional (PRI), a las televisoras y los negocios particulares. ¡Bienvenido a la extorsión! Por cierto, varios impresos que critican al negocio del, motejado por Froylán López Narváez, Niño Muerde, difunden ampliamente su propaganda: ¿por qué?

El trapecismo, por otro lado, está a todo lo que da. Emilio González Márquez, por ejemplo, conocido como Don Etilio por asistir a diferentes actos en estado de ebriedad, dejó el Partido Acción Nacional (PAN) y se fue con Enrique Alfaro, del Movimiento Ciudadano, a quien combatió, ya que éste va arriba en las encuestas y sube como la espuma en Guadalajara, luego del tiroteo del 1 de mayo pasado. Desde luego que expulsaron a Emilio del albiazul, pero eso no importa con tal de conseguir algo en la pesca.

En Sonora, por otro lado, Ana Gabriela Guevara, la exvelocista, llevada al Senado por la izquierda y Andrés Manuel López Obrador, dio el chaquetazo y se fue con Claudia Pavlovich, la candidata del PRI y, sobre todo, Manlio Fabio Beltrones, al gobierno de Sonora.

Pavlovich fue agarrada in fraganti con empresarios a los que ayudó desde el Senado a pingües negocios, pero su contrincante del PAN, Javier Gándara, no sólo tiene como lastre la pésima administración de Guillermo Padrés, quien engañó y humilló a los yaquis con el agua, sino que Javier posee varias residencias en México y Estados Unidos.

Ambos, Pavlovich y Gándara, jamás hicieron nada a favor de los padres que reclamaban justicia por el incendio de la Guardería ABC. Y el candidato del Partido de la Revolución Democrática, Carlos Navarro, posiblemente se vaya con el PRI, ya que es abierta la relación Jesús Zambrano-Manlio Fabio.

En Nuevo León, por cierto, va adelante y cabalga ampliamente Jaime Rodríguez, el Bronco, candidato independiente. No obstante la guerra de lodo en su contra por parte del PRI –que encabeza la exgrupera Ivonne Álvarez– el que fuera alcalde de San Pedro Garza García continúa sumando adeptos. Tantos que incluso se presume que Fernando Elizondo, expanista y candidato del Movimiento Ciudadano, y Rogelio González, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), declinarían por el Bronco. Incluso se habla de que el desinflado aspirante del PAN, Felipe de Jesús Garza, también lo haría para hacerle un boquete descomunal a Rodrigo Medina, un chamaco estilo Enrique Peña Nieto.

Según el exbecario de Harvard Felipe Calderón, hoy muy activo, el Bronco es una especie de Hugo Chávez a la mexicana. Calderón nos sumió en una guerra contra el narco que no para, se ha vuelto un activo de su esposa, Margarita Zavala, la cual busca la jefatura del partido de Manuel Gómez Morín y ser la abanderada para 2018; pero como retrata muy bien el monero Rapé (Milenio, 12 de mayo de 2015), Felipillo está de sangre hasta la coronilla.

Para que se vea que nadie se para en buscar canonjías políticas a como dé lugar, el Partido del Trabajo apoya al PRI en Querétaro y al PAN en el Estado de México (Julio Hernández, La Jornada, 12 de mayo de 2015).

Y ya que hablamos de la entidad donde gobernó Enrique Peña Nieto, resultó importante que el exfuncionario enlodado con OHL, Apolinar Mena, en el caso de los contratos acerca de autopistas, dijera que eso viene de tiempo atrás, es decir, que la culpa es del hoy habitante de Los Pinos. Algo similar hizo el todavía gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval, luego de la acción del Cártel de Jalisco Nueva Generación: afirmó que él informó con tiempo a la Procuraduría General de la República de lo que podía ocurrir y no le hicieron caso.

En los dos asuntos se intentó hacer aparecer como responsable a Peña Nieto y a los mandatarios Eruviel y Aristóteles como unas blancas palomas. Si el nivel de popularidad de Enrique está a la baja, tanto que no se pronuncia su nombre por ningún aspirante priísta, luego de esas declaraciones se irá a la lona, no importando los cursos de comunicación que les den a los encargados de la Presidencia de la República y de las diferentes oficinas públicas.

En una encuesta en Guadalajara se llega a la siguiente conclusión: siete de cada 10 habitantes de la perla tapatía dicen que hay dinero del narco en las campañas políticas (El Universal, 7 de mayo de 2015, citado por Alberto Aziz Nacif el 12 de mayo).

Un dirigente campesino de Guerrero, militante del tricolor, nos dijo en privado que la mayoría de los candidatos en dicha entidad están ligados a Los Rojos y Los Ardillos, grupos mafiosos que controlan la entidad. Señaló, asimismo, que el único que se salva es Amílcar Sandoval, el candidato de Morena.

Grave crisis la que vivimos. Mientras los gastos de los partidos serán de 1 mil 172 millones de pesos en esta campaña (12 mil 810 millones de pesos en 3 años) y contaron con 26 millones de anuncios en radio y televisión sin decir algo importante, la ciudadanía encontrará pocas, escasas opciones para votar.

¿Jugar o engañar con la democracia?

Fuente
Contralínea (México)